Las calles habaneras.

Volver a la Habana, caminar sus calles, es desatar la magia, convocar recuerdos y fantasmas. Todo puede suceder, en cada esquina, espera, lo inesperado. Ciudad de contrastes, se desata libre y diferente ante cada mirada. Sus calles, nos llevan a un mundo nuevo, no la andamos, nos dejamos llevar.

Cada calle habanera es una ciudad pequeña, un barrio en miniatura, un universo nuevo, un lugar, donde todo puede suceder. El sitio exacto donde se  hace todo o no se hace nada.

Nuestras calles, son todas diferentes. Aunque las andan las mismas personas, aunque todas forman parte de una ciudad alucinante, cada calle habanera, tiene su sello, su aire propio, su magia. Los habaneros, cambiamos de aire y expresion, nos transformamos, según la calle que andemos, no somos los mismo al andar por 23 en el vedado, por Reina en Centro Habana o por Obispo en la Habana Vieja. Sucumbimos al encanto de cada calle habanera que nos transforma, nos moldea a su antojo, en ese ir  y venir, una  y otra vez, en busca de lo desconocido.

Siempre lo he dicho, La Habana, es una ciudad para caminarla, si quieres conocerla, descubrir sus misterios, hurgar en sus interioridades, se impone dejar el auto. Andar sus calles es abrirse a un mundo nuevo, es estrenar emociones y visiones.

A veces, me preguntan si no siento miedo de andar por esas calles. La Habana y yo, nos conocemos muy bien, se que ella me cuida, me espera en cada esquina, me da la mano y me guia. Sabe que ando en busca de nuevos temas, de fotos para ilustralos, va delante de mi, arregla grupos, dispone carretillas, dibuja sonrisas. Asi seguro y confiando descubriendo mundos nuevos, camino las calles habaneras.

Solo sabe de la magia y misterio de las calles habaneras, quien las ha andado una y otra vez, quien se ha dejado llevar, sin imponer su ritmo, dejando que la ciudad lo guie. Reina, Belascoain, Obispo, Infanta, San Lazaro, 23, 5ta avenida, muchas mas. Cada una con su propia identidad, diferente, dispuesta a deslumbrarnos a dejarnos creer que nos muestra todo. Escondiendo algo para la próxima visita, preparando sorpresas, haciendo trampas, inconquistables. Las calles habaneras, son como esos jugadores de barajas, siempre esconden una carta, la mejor, en espera del momento oportuno.

En una ocasión, un amigo, me dijo que el cineasta español, Almodovar, habia dicho; si ponemos una camara en una esquina habanera y la dejamos un par de horas, tendremos una pelicula. Mientras caminaba por las calles de mi ciudad, me encontraba con personajes, situaciones y estampas, dignas de la mejor pelicula costumbrista, lamentaba no tener una buena camara de video. Mientras tomaba fotos y conversaba en silencio, grabe, en mi memoria, para siempre, detalles y recuerdos. Yo, tambien me robe a la Habana, me la lleve conmigo. Vuelvo a andar sus calles en el recuerdo, siento el olor de cada calle, me despeina la brisa del mar, me enamoro de balcones y tendederas.

Las calles habaneras, hacen el milagro de no dejarnos ir del todo, nos retienen. Yo, les hago trampa, les juego sucio, me las robo, las traigo conmigo. Estan aquí, en mi computadora, en mi memoria, en mi cuarto, juntos inventamos historias  y amores, recreamos la ciudad, soñamos!

7 thoughts on “Las calles habaneras.

  1. Caminar nuestra Habana Hermosea y regocija nuestro corazon, es como si siempre estuvieramos alla, como si nunca nos hubieramos ido, como si siempre doblaramos sus esquinas y nos taparamos del sol con sus lindos balcones. andar nuestra Habana es vida, gracias por traernosla en cada escrito, es como una transfusion para nuestro nostalgico corazon.

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  2. La Habana lo encierra todo, alegrias, tristezas, musica, calles, balcones, pasillos, tuneles, paseos, solares, dolor, passion, amor, sobre todo amor por la Cuba q se quiere perder y no lo permitimos, quiero a la Habana, quiero a mi Cuba

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