Mi amigo, Libertad de expresion.

No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo.

Voltaire

Nació, en una asamblea, una de esas terribles asambleas de unanimidad, donde discrepar, era un acto suicida. Su mamá, una mujer sencilla, de voz dulce, algo tímida, ese día, decidió hacerse escuchar, se despojo de miedos y trabas. El clima de la asamblea, se había ido caldeando, en su punto mas fuerte, su mamá, la que nunca había hablado en una asamblea, la que siempre era señalada como ejemplo de persona cumplidora y obediente, pidió la palabra. Mientras con una mano se acariciaba la barriga inmensa, con la otra, sostenía el micrófono. No estoy de acuerdo, eso es una injusticia, déjenlo hablar! Su voz naturalmente dulce y baja, adquirió matices heroicos, el eco de sus palabras, retumbo en el salón de reuniones, estremeció a todos los presentes. El presidente de la asamblea, la fulmino con la mirada, lamentó haberle dado el micrófono, casi se levanta a arrebatárselo él mismo. El y otros más de la presidencia, arremetieron contra la mujer. No pretendían razonar con ella, dialogar; la insultaban, hasta un, comemierda! Mal agradecida, se escuchó decir. Ella, sin soltar el micrófono, repetía una y otra vez; es una injusticia, tiene derecho a que le escuchen, aunque ustedes no estén de acuerdo con lo que dice, hay que dejarlo hablar y escucharlo con respeto.

En plena discusión, comenzaron los dolores de parto, se aguanto el vientre con las dos manos, el micrófono cayo al suelo, acompañado del líquido que corría por sus piernas, amenazando inundar el local. Todos se paralizaron, se escucho una voz; ayuden a esa mujer, va a desmayarse! Apareció una sabana, un poco de agua caliente y una vieja dispuesta a ayudarla. Fue un parto doloroso, pero el niño nació sano, sin problemas. Su nacimiento, puso fin a la absurda  asamblea.

El día de inscribirlo, se armó un revuelo inusual en el registro civil. Abogados y notarios, fueron llamados. Era la primera vez que se escuchaba ese nombre, un hombre muy serio, llevaba años inscribiendo niños, la miro fijo; usted tiene el derecho de ponerle el nombre que quiera a su hijo, ha pensado en las consecuencias que tendrá para él, andar por la vida con ese nombre? Se que será un nombre difícil, pero mi hijo, sabrá llevarlo, lo se. Quedo asentado en el registro civil; Libertad de expresión Pérez Gómez.

Tal vez impulsado por su nombre, o concebido por un espíritu santo de nuevo tipo, su vida quedo marcada, para siempre, por un afán de lucha incansable por la justicia, por la libre expresión. Gustaba de conversar con los que tenían opiniones contrarias a él. Dialogar, discutir sin agresiones, intercambiar opiniones, consumían la mayor parte de su tiempo. Siempre estaba rodeado de personas, de cierta manera, se hizo popular.

Muchos falsos amigos se le acercaron, ese tipo de personas que solo quiere escuchar a los que coinciden con él. Para ellos, la libertad de los demás terminaba, donde empezaban las diferencias con su opinión. Ese tipo de persona que cree que el mundo es sólo un eco de su opinión; los que discrepen, están equivocados y deben ser eliminados y  convencidos por cualquier medio, ese es su lema en la vida y en la muerte. Cuanto te queremos y necesitamos, le decían. Cuando aparecía una opinión contraria, esos falsos amigos, le recordaban a quienes presidieron aquella asamblea donde nació inesperadamente. Su madre, se lo había contado mil veces, preparándolo para que cuando creciera, su nombre no fuera una carga pesada sin sentido.

Una mañana, se fue a vivir a otro  país, ahí si estarás bien, le dijeron sus “amigos”. Muchos hasta decidieron acompañarlo, otros eran sus intereses. En la constitución, hay leyes que llevan tu nombre, vas a estar feliz viviendo allá, le decían dándole palmadas en el hombro.

Un día el Sr. Pérez Gómez, mas conocido por su nombre, Libertad de expresión, sufrió una terrible decepción, un duro golpe; vio manifestaciones, mujeres maltratadas, sólo por tener opiniones contrarias. Supo hasta de aplanadoras rompiendo discos, de insultos, gritos. De repente, aquella asamblea donde nació, tomaba la ciudad por asalto y él a diferencia de su madre, no tenia una barriga que aguantarse y un hijo para parir en el momento justo. Se pregunto, ¿Donde estoy? ¿Qué he hecho? Quiso ir a cambiarse el nombre, no quería llevar por más tiempo un nombre que no existía, que se convertía en una utopia. Sus verdaderos amigos, aquellos que no siempre estaban de acuerdo con él, pero sabían como discutir y defender sus ideas, no lo dejaron. ¿Qué diría tu madre si viviera? No entiendes que mientras lleves ese nombre, se mantiene viva la esperanza de que un día exista realmente la libertad de expresión. No será lo mismo decir; soy amigo de Juan Pérez Gómez, que decir, Libertad de expresión, es mi amigo. Comprendió que sus amigos tenían razón. Costaría trabajo, habría que reeducar a muchos, hasta rehacer mapas genéticos. Un día, su nombre, no seria solo letras en una partida de nacimiento o en una ley de leyes.

Una tarde, sin imaginarlo él mismo, sin saber como, Libertad de expresión, parió miles de hijos, muchos, se las arreglo para criarlos a todos. Cuando crecieron, salieron a recorrer el mundo, a cambiarlo!

Fotografia de Yohandry Leyva.

15 thoughts on “Mi amigo, Libertad de expresion.

  1. Mi hermano, con que nivel nos llamas a todos a la reflexion, gracias a dios que Libertad de Expresion no se ha cambiado el nombre. Me honra tambien ser uno de sus amigos. Una vez mas te digo : Lo que empezo casi como una diversion-necesidad para ti, se esta convirtiendo en una Necesidad- Felicidad para nosotros. Pensemos ya en grande , por que escritos asi no deben quedar en el anonimato. Estoy muy orgulloso de ser tu amigo. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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  2. Gracias por tu escrito tan interesante y actual que nos recuerda la responsabilidad de respetar los derechos de los demas y
    hacer valer los propios de forma responsable!!!

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      • Mi apreciado amigo José…el arremeter con violencia a los derechos de los demás es una de las formas de expresión más refinadas que tiene la estupidez…me uno contigo a defender la libertad individual de los demás y la mía propia por la paz interior y la absoluta libertad de expresión.

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  3. Esperemos nuestro amigo se mantenga firme y no cambie su nombre nunca. Seria un ejemplo magnifico, estimulo para seguir intentandolo. En tiempos como estos donde muchos no conocen de libertades y a otros engañamos con falsos conceptos y ruines apariencias, estara nuestro amigo intentando no muera la esperanza.

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  4. Esto que has escrito tiene un gran significado. Gracias por escribir de esta manera genial y tocar temas como este que aparentemente son tabúes en nuestra sociedad de dos orillas. Hay que defender la libertad de expresión donde quiera que estemos. Un saludo.

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  5. Magnìfico como siempre, muy actual, y muy valiente, porque si en un lugar està limitada la libertad de expresiòn es donde tù vives, allì tambien tienes que hablar en su misma frecuencia o de lo contrario caes muy mal, un abrazo.

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