Una promesa.

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Preparó su viaje a Cuba, sin avisar a nadie, lo mantuvo en secreto, hasta el último momento. No quería escuchar otra vez la historia; para qué vas a ir, si solo tienes allá primas y tías. También quería sorprender a sus primas, ver sus caras cuando la tuvieran frente a frente, sorprenderse a si misma, en ese encuentro con su infancia y afectos. Les dijo adiós una mañana de abril hacia años, mas de 30, sin saber como, ni por qué. Mientras estaba en el avión, en el viaje mas corto y mas largo de su vida, revivió aquellos días en que, como muchos, se fue del país llevada por sus padres.

Su mamá, una semana antes le dijo; ya no vas mas a la escuela, nos vamos del país en pocos días. Se alegro por eso de no tener escuela, pero no entendía muy bien que era irse del país, hasta pensó que era un juego que sus padres se inventaban. A los 6 años de edad, todo parece un juego, a veces. Solo se puso triste cuando su papá le dijo que sus primas no iban. Una historia larga de la que solo entendió que ella se iba y sus primas se quedaban.

Esa mañana, sus padres la despertaron temprano. Su mamá la ayudo a ponerse su mejor bata, le peinó su pelo y lo recogió en un rabo de mula; es mejor así para el viaje, le dijo. La miro y le dio un beso enorme, prolongado, el último beso en Cuba. Como si su patria, en los labios de su madre, le diera su adiós, un beso intenso, largo e inolvidable.

Recordaba los rostros de sus primas al despedirse, sus caras tristes. Ana, dejo para el final a Elenita, su prima preferida, eran como hermanas, se adoraban. Le dio un abrazo, mientras le decía al oído; no llores, volveré, ¡lo prometo! Elena, la miro a los ojos y le dijo.
– ¿Lo juras?
Ana, asintió.
– ¡Lo juro!

Más de 30 años, no sabía si su prima la reconocería. Se sentía culpable por tanta demora en cumplir su promesa. No era su culpa, todo tiene un tiempo exacto en la vida y este era el momento de su regreso, de cumplir promesas de saldar deudas, de sacarse angustias y nostalgias del pecho.

Salio del aeropuerto, tomó un taxi. Llevaba la dirección bien apuntada.

– Lléveme hasta aquí, parquee frente a la casa, por favor.

Esos 20 minutos hasta su barrio de la niñez y sus recuerdos, le parecieron horas. Como si el tiempo se vengara de ella por su demora en cumplir la promesa. Se bajo del auto, pago al taxista, puso su maleta en el suelo, miro a su calle, los árboles, el sol. Se soltó el rabo de mula, dejo su pelo libre, se sintió así. Suspiro, tomó su maleta. De pronto sintió que la abrazaban fuerte, unos brazos se aferraban a ella, hasta casi no dejarla respirar.

– Ana, Anita, estas aquí, mas de 30 años esperándote, no puedo creerlo, sabia que vendrías, te reconocí enseguida.

Rompieron a llorar, lloraban de tristeza, lloraban por todos estos años sin verse, por los juegos perdidos, por las sonrisas y penas que no pudieron compartir. Lloraban de dicha por estar juntas, las lágrimas borraban el tiempo sin verse, desaparecían la distancia, a pesar de tener casi 40 años, eran dos niñas en medio de la calle abrazándose y mezclando sus lagrimas. Tocándose, gritándose en el gesto; estas aquí, ¡¡Existes!!

Entraron a la casa abrazadas. Elena gritaba.

– Mamá, mamá, mira a quien encontré frente a la casa.

Un Ave María Purísima, Santa Bárbara bendita, retumbaron en la casa, mientras la mamá de Elena dejaba caer la cazuela con el potaje al suelo y corría a abrazar a Ana. Se abrazaron las tres riendo y llorando. Ana, comprendió que la familia, no se rompe con separaciones ni mar por medio. No importan años ni distancias. Siempre temió que su prima no la reconociera, temía la hubieran olvidado, que no recordara su promesa. A su lado Elena, sonreía y entre lágrimas le decía.

– Sabia que vendrías cualquier día, lo sabía. Cada vez que un taxi pasaba por la cuadra, salía a mirar si eres tu, regresando, me parece mentira tenerte aquí.

Volvieron a abrazarse, lloraron juntas por la separación, por la alegría del encuentro, por no olvidarse nunca.

Llego el día de la partida de Ana, Elena, la acompaño hasta el aeropuerto. Se abrazaron fuerte, como intentando retenerse.

РVuelvo pronto, traer̩ a mi hijo quiero que conozca a sus primos que juegue con ellos, que al juntarse, ganen el tiempo que t̼ y yo perdimos.
– ¿Lo juras?
– ¡Lo juro!

38 thoughts on “Una promesa.

  1. Gracias José…gracias por compartir…que desprendimiento!…como el poema de nuestra Dulce María Loynaz que precisamente estuve leyendo hoy…me recuerdas la profunda emoción que embargó mi alma ante la satisfacción de volver a ver a mi madre enferma, a mi querida Patria… “la piedra, el mar y el sol que nos vieron nacer”… y mi Placetas después de tanto tiempo de ausencia e incomprensiones……

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  2. Desprendimiento de nuestra Dulce María Loynaz

    Dulzura de sentirse cada vez más lejano.
    Más lejano y más vago…
    Sin saber si es porque las cosas se van yendo
    o es uno el que se va.
    Dulzura del olvido como un rocío leve cayendo en la tiniebla…
    Dulzura de sentirse limpio de toda cosa.
    Dulzura de elevarse y ser como la estrella inaccesible y alta,
    alumbrando en silencio…
    En silencio,
    ¡Dios mío!…

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  3. Tal vez cuando mi hija sea grande lo recordara asi pero si Dios quiere este año volveremos a Cuba.Bello mi amigo como siempre eres un artista y cuando escribes te conviertes en una especie d Dios pq al leer pareciera q lo vivieras.un beso

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  4. me emociono mucho cada vez que leo cosas asi por que en nuestro interior estamos deceosos de volver a nuestra tierra al barrio que nos vio nacer y crecer y a juntarnos de nuevo con toda esa familia regada por el mundo entero a la que anoramos y recordamos cada dia y minuto de nuestro exilio

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  5. Yo estuve 20 anos sni veer a mi madre, yo aya ella aca, 20 largos anos, hasta que llego el 80, en fin ,!!!gracias Jose!!! muy lindo! Primera visita de ella a la Isla, cuando la tuve en frente, no la conocia, buscaba mentalmente, a la madre que hacia 20 anos no veia, en ese momento las fotos se borraron, mi mente volo a la madre que deje de ver por tantos anos, !! claro que tenemos que volver !! familia es familia!!!

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  6. I am learning Spanish in order that I can go back to Cuba. Your posts help me with that. This one in particular is very beautiful.  

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  7. Cuanta verdad , escrita en ese texto..cuanto de cierto que al llegar a tu patria, pais, ciudad, o como decee uno llamar, lo primero que se hace casi sin uno darse cuanta es respirar profundo inconciente te llenas de ese aire bañado de tantos recuerdos, de tantos compromisos. Depuras el alma ,te sientes libre, aunque te cueste un poco, acostumbrate a lo viejo nuevo…pero solo te dura unos dias, es como un nuevo despertar….estas como se dice en tu salsa , con los tuyos, tus pregones, tus cubanismos, tu cafe de mañana, tus gritos entre vecinos todo caracteristicos de lo que en el fondo eres un eterno cubano…..

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  8. Siempre busco habanero 2000, algo que me sepa a cuba, indago cada pagina de este metodo que de cierta manera nos acerca mas , a la lejana tierra, incluso hasta de mi municipio playa,en enero estuve en ella, y disfrute la diferencia del q bola con el hola, el sabor de nuestras frutas tropicales, los nuevos metodos de ventas de hortalizas, las tan cansadas colas en cualquier centro gastronomico. lo tipico de cada persona que vez y sin delicadeza ninguna te dice…que gorda estas¡¡¡¡… eso es cuba mezcla de tabaco y ron….

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  9. Momentos tantas veces repetidos. Contraste de emociones que, tristemente, quitan más de lo que dan. Así hemos ido sobreviviendo.

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  10. José, acabaste conmigo. Cuantas historias parecidas a esta existe. Y todavía no entiendo como existen personas que se openen a estos encuentros.

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  11. yo estuve 13 años sin ir a cuba , cuando llegue mi familia me esperaba en el aereopuerto , todos lloraban de alegria , menos yo , me contuve mis lagrimas , mientras ibamos en el carro del aerepuerto a la casa , sentia aquel aire que me daba en el rostro con olor a campo , que solo cuba tiene, me segui aguantando los deseos de llorar de alegria por estar alla despues de tanto tiempo ,, llego el momento en que llegue a mi casa , mi casa de 28 años ,, ahi si ya no pude mas , y al llegar hasta la cocina , me desplome en el piso a llorar y esa emocion me duro casi tres dias , hasta que volvi a darme cuenta que mi cuerpo , mi mente y mi alma ,, Pertenecen a Cuba .

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  12. Es increíble como se me aprieta el pecho mientras leo tus historias. Solo los q estamos fuera de cuba sabemos lo q se siente. Eres increíble. Q dios t de mucha salud para q nosotros podamos seguir viviendo esas hermosas historias q escribes.

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