Volvemos a oraciones por los muertos, no movemos en círculo, sin soluciones. Cada vez que alguien con una de esas terribles armas de asalto, a las que hasta la policía teme, decide cobrar vidas y vestir de luto al país y a hogares, los políticos oran y envían sus pensamientos. Hasta en la pasada convención de la NRA no faltó quien dijera, entre aplausos, que las masacres ocurrían porque las oraciones no eran suficientes, si el tema no fuera tan serio parecería una comedia, una burla.
La 2da enmienda da derecho a portar armas, pero se impone regular que tipo de armas se pueden portar, un AR-15 no es un arma para defenderse, es un arma de asalto y nada justifica su venta, absolutamente nada.
Muchos políticos tienen las manos y la conciencia manchadas de sangre, aceptan dinero de la NRA para sus campañas políticas y se oponen a regulaciones y control sobre la venta de armas. No señores, esto no se debe a enfermos mentales, en todos los países existen enfermos mentales y este es el único en el que ocurren estas masacres; son causa directa de la venta incontrolada de armas. ¿cómo es posible que un joven tres días después de cumplir 18 años pueda comprar 2 AR-15? Basta de discursos, de minutos de silencio y oraciones que no detienen balas.
El espanto de esos niños, estremece conciencias y los cimientos de este país. Una niña de 10 años se cubrió con la sangre de otro niño muerto y se hizo pasar por muerta para evitar la muerte real, si a usted eso no le estremece, algo anda mal, creame.
A grandes males, grandes remedios, está en juego el futuro de este país, la vida. No podemos vivir con el temor de quien será la próxima víctima, no podemos cruzarnos de brazos y voltear el rostro. Muchos, los mismos que fueron capaces de politizar el uso de mascarillas, piden que no se politice esta masacres, no es política señores es ser realmente pro vida, de apostar por el futuro y no por la muerte.
Andan muy preocupados por el aborto, son pro vida dicen, pero contemplan impasibles las muertes de niños, como si los que ya nacieron no importaran. Basta de hipocresía, basta de palabrería; el momento exige acciones .
Debemos salvar el futuro o resignarnos a verlo morir ante nosotros.