Memorias.

Por vez primera, publico en mi blog un escrito que no es mio, este pertenece a Maria Sofia Iglesias Pasamontes, una niña de 13 años, pronto cumplir1á 14. Vive en La Habana, su casa esta al lado de la mia, siempre será mia, las separa un muro que solo sirve para acomodarnos cuando las conversaciones se alargan. Con este cuento Marisofi, como le decimos, ganó un concurso municipal de literatura y competirá ahora a nivel provincial. Disfrutenlo y comentenlo, le enviare todos sus comentarios.
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Marisofi junto a mami y su mamá, el dia del cumpleaños de mami

“ Memorias”.

Me llamo Julia y soy directora de un grupo musical. Hoy visitare mi antigua escuela, hecha con ladrillos de un carmelita intenso y en la entrada unas grandes letras blancas destacan su nombre.
Con mucho trabajo me autorizan a pasar. Observo detenidamente el enorme salón, desde el cual diviso mi descuidada aula.
Mis pasos conocen el camino; ya en ella miro y siento todo. En el techo hay un claro de luz que ilumina la habitación descolorida y del que cuelgan unas plantas parasitas que representan la única vida en ese lugar. La pizarra esta carcomida, arriba, el Escudo Nacional, aquel que siempre ha elevado en mi el orgullo de ser cubana, esta ahora cubierto por una capa de lino. A mi lado quedan algunas tablas empapeladas del mural, que era el más grande del colegio. Increíblemente sobresalen las efemérides de Octubre de 1970, fecha en que clausuraron la escuela por mal estado. En esta fue conformada mi personalidad desde pequeña, aprendiendo a amar y valorar a los demás. En aquel momento tenia diez años, hoy cincuenta y tres .El tiempo vuela más rápido que el viento, mientras arrasa con el mundo. Recuerdo a la maestra dando clases y a los niños sin pestañear.
Ante la realidad se estremecen mis memorias, trato de evitar la destrucción, pero no consigo nada. No pienso abandonar mi amada escuela. Corro y me escondo en sus ruinas. Han comenzado a derrumbarla.