Sé que faltan meses para el 6 de enero, pero quiero escribirles desde ahora; cuando se pide en grande, hay que pedir con tiempo, no quiero excusas despues. No podrán decirme que por falta de tiempo, que si lo hubieran sabido antes, tienen meses para unir fuerzas y hacer milagros.
Yo, como Enma, también soy cubanoamericano, nací en Miami, amo este país, que es mío, nuestro; amo sus sueños y promesas. Por mis venas corre sangre cubana, yo diría que galopa mas que correr. Mi abuelita siempre me ha contado historias de mambises, palmas y banderas al viento, por eso digo con orgullo; soy cubanoamericano.
Esta carta debería dirigirla a Santa Claus, pero ustedes son 3 y en la unión esta la fuerza, ademas creo que esto es algo que sólo ustedes pueden lograr. Hace falta unir voluntades y milagros para lograrlo y ustedes tienen mas experiencia, desde aquel día que la estrella de Belén los guió a Jesús. Lo que les pido es importante; está en juego el futuro.
Queridos Reyes Magos, les pido que logren un control sobre la venta de armas. Que nunca más en una escuela, cine o cualquier lugar público, los niños sientan el temor de morir en una masacre. Por favor, no pido tanto, sólo un futuro seguro.
Mis padres llegaron a este país hace años, lucharon duro, aún siguen trabajando duro. Ellos siempre me dicen que la mayor recompensa a todos sus esfuerzos es asegurar mi futuro. Yo no quiero que venga un loco o cualquier asesino y ponga fin al sueño de mis padres.
Saben, me gusta tutearlos, eso me hace sentirlos mas cerca, deben poner empeño en mi pedido. Todos los niños tenemos el derecho al futuro y nada ni nadie debe impedirlo. Cuando crezca un poco me gustaría dar discursos y luchar por causas justas, como hacen Enma y David, aunque entre nosotros, me gustaría ser como Anthony Borges; mi abuelita dice que tengo madera de héroe. Si mis amigos están en peligro, yo trataría de salvarlos, nunca de esconderme. Ayuden al futuro y a la vida, no más fusiles de asalto por las calles; más niños tomando el futuro por asalto es lo que necesitamos.
Debe ser duro eso de morir por una bala y que en la noche mis padres no me tengan para abrazarme y desearme buenas noches. ¿Que haría mi abuelita sin mi, a quién le contaría sus historias? No quiero morir, ni yo, ni mis amiguitos, por eso les pido que nos den una mano para ayudar en el control de la venta de armas. Nosotros no estamos en contra de la 2da enmienda, sólo queremos un control, la vida lo exige.
No queremos sentir temor al ir a la escuela, yo soy muy buen alumno, pero a veces me distraigo pensando que pasaría si aparece alguien con un fusil de asalto matando a mis amigos y a mis maestros.
Sé que les pido mucho, ustedes acostumbrados a dar regalos y a hacer a niños felices me entenderán. Un futuro seguro para hacer realidad nuestros sueños es el mejor y mas necesario regalo
Fotografía de Yohandry Leyva.