Te digo adiós, agito una mano, con la otra, seco una inoportuna lagrima.
Te digo adiós y estrujo tu ultimo mensaje y escribo un enorme ¡No te vayas! En la pared del alma.
Me tatúo en el pecho tu nombre y lo borro con lágrimas, con fuego.
Te digo adiós y no lo escuchas, sigues aferrándote a recuerdos a besos que no existen, que borraste para siempre con tus miedos.
Te digo adiós, mi corazón grita un; no te vayas. Mis torpes manos, no saben de soltarte y te sujetan, aún en el momento de partir.
Te grito adiós y arranco la venda de los sueños,
mientras corre la sangre incontenible, de este perderte para siempre, de un vete ya, aléjate, no vuelvas.
Te digo adiós en mil idiomas y no entiendes que es definitivo.
Se acabaron juegos, oportunidades, mentiras, plazos, inventarme un mundo que no existe.
Levanto un muro enorme, cierro rejas, te dejo afuera para siempre,
te digo adiós y me invento un mañana, en que no estas.
Fotografia tomada de Google.