Un concierto de cubania, recuerdos y futuros.

Después de las manifestaciones que estremecieron la Isla, el gobierno no tuvo otra opción que convocar a elecciones libres. El partido del pueblo ganó por amplia mayoría, un nuevo gobierno con amplio apoyo popular se estableció. El recién estrenado ministro de cultura decidió organizar un concierto especial en el Gran teatro Garcia Lorca. Se cursaron invitaciones a figuras del exilio; Gloria Estefan, Willy Chirino, Annia, Mirtha, Lourdes Libertad, Meme Solis, Maylu, las Diego y muchos mas. Por un error en la impresión del programa en lugar de imprimir en homenaje a, incluyeron en el programa a prominentes figuras que ya no estaban entre nosotros.

La noche del concierto el director general es llamado urgentemente, un gran revuelo detrás del escenario amenaza con hacer imposible el espectáculo. Allí, listas para salir a escena, estaban Rosita Fornés, Alicia Alonso, Celia Cruz, Olga Guillot, Elena, Moraima, Lourdes Torres abrazando a Lourdita emocionada. El director atónito las mira y les dice: ¿qué hacen ustedes aquí? Ustedes están… están. Sin poder terminar la frase Rosita lo interrumpe: estamos aquí y eso es lo que importa, ¿tú crees que nos íbamos a perder este concierto? Ustedes nos pusieron en el programa, el público nos esta esperando, somos profesionales y no vamos a defraudarlos. Celia le dice al director¿ tú sabes el tiempo que llevamos esperando este momento? Nadie va a impedir que salgamos a escena. Alicia, lista para ser nuevamente Giselle, le dice: este es mi teatro y ni tú, ni nadie podrá impedir que salgamos a escena, es mejor que hagas los arreglos y que todo esté listo, no voy a tolerar errores. El director bajó la cabeza y dijo: será como ustedes quieran, haré algunos arreglos, una duda, ¿el acompañamiento musical esta garantizado? Rosita le responde, aquí están, Lecuona, Meme y Samuel Calzado, con un piano bastará para nosotros y la orquesta se sabe de memoria el fragmento de Giselle que hará Alicia, todo esta listo; será un concierto muy especial.

Después de las actuaciones de los artistas invitados, se abrieron de nuevo las cortinas del Gran Teatro y el director se dirigió al público: gracias a la inteligencia artificial, la tecnología y al apoyo de los que hicieron posible el concierto de ABBA, les ofrecemos una segunda parte muy especial, inolvidable, única, diría yo. El público enmudeció, se cerraron las cortinas, volvieron a abrirse en derroche de arte y cubania, en magia de recuerdos y talentos.

El público aplaudía de pie a los artistas que daban lo mejor de si. Cuando Alicia interpretó un fragmento de Giselle, pétalos de rosa cayeron sobre ella, mientras los aplausos y los bravos estremecian el teatro. Al final, Rosita cantó, una vez mas, Sin un reproche, a ella se unieron Celia, Olga, Elena, Moraima, Lourdes; el fragmento, tendré una vida para darla nuevamente, sin un reproche, cobraba una nueva y especial dimensión.

Al terminar el espectáculo e ir al director a felicitarlas, no pudo encontrarlas, ya no estaban; la magia había terminado, pero el recuerdo de ese momento especial se bastaba para la certeza de que no hay imposibles cuando el amor a la patria y libertades hacen de las suyas.

Fotografías tomadas de Google.