Cuidado, hay un virus asechando.

Esto de la cuarentena, de evitar salidas innecesarias, del virus asechándonos un poco o un mucho que ha trastornado nuestras vidas. De pronto estar en casa es una urgencia y la vida cambia. Toca adaptarse a las nuevas circunstancias.

Con esto de la cuarentena y evitar salir por gusto, han aparecido los chefs en las redes sociales. Nos dan recetas que nadie les ha pedido, nos muestran platos que dicen ser exquisitos y que no podemos probar. No sólo tenemos chefs, también hay decoradores de interiores y exteriores que disfrutan mostrando planos de sus casas, jardines y piscinas. Nada que a falta de salidas y exhibirse en lugares caros o exóticos, han tenido que buscar en sus hogares y el día a día es una exhibición de almuerzos, comidas y desayunos que aseguran gimnasios llenos y dietas seguras cuando la vida exterior se reinicie.

Muchos artistas han contribuido a paliar aburrimientos y stress y han ofrecido conciertos virtuales. No han faltado la unión de esfuerzos y más allá de distancias y mares, dúos virtuales nos han deleitado y acariciado los sentidos.

Esto de la cuarentena no es fácil, cualquiera enloquece encerrado, pero nosotros sabemos de encierros mentales y de limitaciones múltiples. Nada puede enloquecernos, aunque algunos parezcan que ya saltaron la fina barrera entre locura y cordura. Debemos aprender a vivir en esta nueva realidad, hay que salvar la economía, pero ante todo, hay que salvar vidas humanas.

La televisión hace lo suyo, en esta complicidad por atormentarnos. Noticieros interminables, cargados con las más alarmistas noticias, en Inglés y español, a toda hora, como para que nadie escape al tormento de tener los nervios de punta y estar todo el dia, tensos, como cuerda de guitarra. Recordamos consignas obsoletas, nos miramos a los ojos, seguros y confiados, ¡resitiremos!

La Florida se ha convertido en el epicentro de la pandemia, esto preocupa y alarma, toca cuidarse y cuidar a todos a nuestro alrededor. Hay que ponerse pa’ esto, como dirían en la Habana de todos y juntar esfuerzos y voluntades para frenar el avance del virus.

El virus existe, no es un invento, ni una manipulación, es una dura realidad. Unos, por suerte, lo pasan en su casa y logran vencer malestares, otro tienen que ingresar en hospitales y otros mueren, es duro, pero real. No es tiempo para jugar a hacer de avestruz y esconder la cabeza para no ver el peligro; hay que cuidarse y cuidar a todos, por eso el uso de la mascarilla y la necesidad de mantener la distancia social, no tenemos otra opción.

Lamentablemente gobiernos locales, federales y de la nación, han cometido errores, ha faltado un liderazgo que asuma y una esfuerzos. Como diría aquel famoso personaje de Alegrias de sobremesa, por eso estamos como estamos.

No es hora de buscar justificaciones, es hora de asumir responsabilidades y hacer. Mientras, muchos disfrutan haciéndose eco de noticias falsas, sin darse cuenta que siempre hay algún desinformado que puede creerlas y aumentar el riesgo del contagio para todos. Hay que cuidarse, no hay de otra.

Seguiremos viendo los nuevos chefs en Facebook, nos obligarán a recorrer casas que nadie pidió visitar y nos mostrarán intimidades que a nadie interesan. Confío que nuestros artistas sigan colaborando con su público y sean la gota refrescante que alivia penas y stress, resistiremos, no lo duden.

Mientras tanto el personal de la salud hace esfuerzos titánicos en la primera línea de combate, sobre ellos, ejército de batas blancas, recae el peso de esta lucha sin cuartel; para ellos nuestro agradecimiento y nuestro aliento, que no desmayen, que no se den por vencidos. En ellos confiamos y descansa nuestra esperanza.

Todo esto será un día historia, recuperaremos espacios y tiempos, volveremos a abrazarnos sin miedos a contagios, sin temores. ¡Cuidémonos todos para no faltar al próximo abrazo!

Fotografía tomada de Google.

Discusiones e insultos entre cubanos, en tiempo de elecciones.

A medida que se acercan las elecciones, aumentan discusiones e insultos. De un lado y otro, cada uno defiende sus principios. Algunos no escatiman oprobios y arremeten contra los que piensan diferente, incansables luchadores en contra de la libertad de expresión, acusan de comunistas, fascistas, imbeciles o comemierdas a quienes se atreven a pensar de modo diferente a ellos. Seamos cuidadosos, los próximos meses serán los más candentes; se puede defender un punto de vista sin ofender, ni pretender humillar. Es triste que esto suceda entre cubanos, los mismos que un día armamos maletas y decidimos buscar libertades y derechos. Tanto que nos opusimos a quienes nos querían imponer una opinión única y un voto unido y ahora queremos que todos piensen como nosotros, absurdos que dan pena y vergüenza. Este gran país que nos acogió sin preguntas y nos regaló libertades y derechos, defiende la libre expresión, es un derecho de todos, nadie es dueño de la verdad absoluta, porque esta no existe; es la suma de todas las verdades individuales y se conforma y enriquece con la opinión de todos.

No ofendamos, no insultemos, cuidemos el lenguaje oral y escrito al expresarnos de los que piensan diferente; un buen amigo puede estar entre ellos. Un presidente no es el país, usted puede estar en contra de un presidente, entre ellos me cuento, y amar profundamente a este país. Aquí nadie tiene el derecho de gritar en una plaza, yo soy la república, yo soy la democracia, parafraseando a uno que todos conocen. Los presidentes, para bien de la democracia y del país, pasan, cumplen su labor y se retiran, los amigos y los derechos, son para toda la vida, cuidémoslos.

No pretendamos imponer criterios y opiniones, todos emigramos buscando libertades , no copiemos a esos que criticamos y odiamos. A veces me pregunto, ¿ en qué base nitrogenada del DNA, se le coló a muchos el pequeño dictador que llevan dentro? Seamos tolerantes, en el buen sentido de la palabra. Apostemos por lo mejor del ser humano, vayamos todos a votar en noviembre, ¡TODOS! para tener presidente, Senado y congreso, electo por la mayoría y no por un grupo. Demostremos al mundo y a nosotros que sabemos hacer uso inteligente de libertades y derechos. Seamos dignos ciudadanos de este país.

La vieja práctica de los tiranos es usar una parte del pueblo para tener sometida a la otra parte”.

Jefferson

La Habana, entre sueños y memorias.

La Habana se me pierde en los recuerdos, se acomoda en memorias, descansa en mi pecho y en mi mente, segura de regresos y futuros.

Dos años sin mirarnos cara a cara, sin renovar energías y recuerdos, sin esperarme del brazo de mi madre.

Mi Habana viene a buscarme en madrugadas, aprovecha mientras duermo, no viene sola; trae a mi madre, segura de victorias y regresos. Revive mi infancia, mis sueños más brillantes; me abraza en noches solitarias.

Sabe que con mi madre como aliada, me tiene atado a palmeras, girasoles. En mis habaneras madrugadas, sinsontes me despiertan, tocororos colorean memorias y futuros, una voz dulce acaricia oídos y recuerdos. Ella revive en cada uno de mis sueños, una mano necesaria me acaricia, un inconfundible: ¡hijo mío! Ensancha mi pecho, vuelvo a ser niño, adolescente, joven, amaso mis sueño con polvo de memorias; tejo un futuro luminoso.

Ellas me esperan, vencedoras de adioses, de finales, seguras de mi fuerzas, alentando mis sueños, mis intentos. A ellas me debo.