2012 in review

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¡Te esperan en la Habana y en el mundo!

un bebe y el mundo fotografia tomada de Google

Un bebe y un anciano, se encuentran en un lugar cualquiera, en un punto de llegada o de partida, en una curvatura del espacio-tiempo. Solo tienen un instante para conversar. El anciano, se mece en un sillón tranquilo, mientras el bebe juega en su cuna.

– Dime, esto de andar sin descanso 365 días ¿vale la pena? ¿Es duro? A veces siento miedo y hasta ganas de quedarme en esta cuna. Se que me esperan, es mi trabajo, pero he leído noticias que aterran, que dan ganas de no ser.

– Créeme, todo vale la pena. Hay días de alegrías, también los hay de tristeza, debes prepararte para todo. Cada año, es como la vida, ni buena ni mala, depende de cómo se viva. Dentro de 365 días, no serás el mismo, habrás crecido, madurado. En ese momento tendrás la experiencia y entonces, te llegara el retiro, así es la vida, la de todos, no solo la nuestra.

– Cuéntame de ti, saber tu historia, me preparara para hacer mi trabajo. Escuchándote sabre si nacer, vale la pena.

– No te asustes, todo vale la pena, te lo dije. No voy a hacer un balance del año, si hice bien mi labor o no, eso corresponde a otros. Te aseguro que solo podemos hacer 365 días este trabajo, ni uno mas, es muy fuerte, pero se disfruta. Hay guerras, gente huyendo, muertes, pero tambien hay alegrìas, sueños, esperanzas, niños naciendo; siempre hay un futuro, por él apostamos Hay un montón de asuntos pendientes que si en tus días se resuelven, te harán un año memorable, histórico.

Faltan sueños por realizar, allá en una Isla con forma de caimán tendido al mar, esperan mucho de ti, no te olvides de ellos, te lo agradecerán. Ya se cansaron de inventarnos nombres; invéntate tú el mejor de todos.

En mis días, ya estoy hablando como los viejos, hubo terremotos, huracanes, accidentes, tragedias. También hubo fiestas, celebraciones, alegrías y amor, mucho amor. No creo haber sido un mal año, pude ser mejor, siempre se puede. Me iré preocupado por los cambios climáticos, cada vez mas notables y que muchos se empeñan en no ver, hacen como los avestruces. Tambien hay guerras que llevan años, actos terroristas que espantan al mundo, pero la vida sigue; el amor siempre termina venciendo. Me voy sabiendo que deje sin terminar muchas tareas, no alcanzaron mis días. Un consejo; evita las guerras, una guerra, es la negación de la vida, hombres matándose y destrucción. Nuestra misión es construir, asegurar la vida, no hacer guerras, sino puedes evitarlas, que sean breves. Piensa en las lágrimas de las madres antes de decidirte por guerrear.

– Un adelanto, con tu experiencia, debes de saber algo del futuro, estaría mejor preparado, haría un mejor trabajo.

– Seria jugar sucio, todos nos hemos enfrentado a lo desconocido y hemos sabido hacer nuestro trabajo, no serás la excepción. No tengas miedo, volveremos a vernos en el “Home” o en el “Santovenia” de los años, allá vamos a parar todos. Cuando llegues, me darás la razón, se que serás un buen año.

– Créeme que tratare, sobretodo para los cubanos, cuéntame de ellos, solo los mencionaste.

– Son gente maravillosa, conócelos bien, dedícales tu tiempo, no te arrepentirás. Esperan mucho de ti, llevan años esperando, yo solo pude darles promesas, solo promesas. Regálales hechos.  Te repito, gánate el mejor nombre que pudieras tener y serás inolvidable para ellos. Son gente buena, no lo dudes, te sorprenderán con su risa y con su llanto, con su amor por su tierra y su bandera, hasta sentirás envidia de ese amor. Andan regados por el mundo, pero llevan en el pecho, un puñado de esa tierra que tanto aman. Aprende a reír con ellos y serás un buen año, la risa, es capaz de mejorarlo todo, ellos lo saben.

– Tienes razón, vale la pena nacer. Sabes, no quiero nacer en una gran ciudad, ni entre luces y estruendos, quisiera nacer entre cubanos, alumbrando e iniciando para ellos. Naceré para todos en un solar habanero, entre fichas de domino, sueños, ron y ganas de hacer. Dame un abrazo antes de irte.

– No hay tiempo, dale ya son las 12, ¡Te esperan en la Habana y en el mundo!

 

Fotografia tomada de Google.

¡Adios!

Adios, fotofrafia tomada de Google.

Te digo adiós, agito una mano, con la otra, seco una inoportuna lagrima.
Te digo adiós y estrujo tu ultimo mensaje y escribo un enorme ¡No te vayas! En la pared del alma.

Me tatúo en el pecho tu nombre y lo borro con lágrimas, con fuego.
Te digo adiós y no lo escuchas, sigues aferrándote a recuerdos a besos que no existen, que borraste para siempre con tus miedos.
Te digo adiós, mi corazón grita un; no te vayas. Mis torpes manos, no saben de soltarte y te sujetan, aún en el momento de partir.

Te grito adiós y arranco la venda de los sueños,

mientras corre la sangre incontenible, de este perderte para siempre, de un vete ya, aléjate, no vuelvas.

Te digo adiós en mil idiomas y no entiendes que es definitivo.
Se acabaron juegos, oportunidades, mentiras, plazos, inventarme un mundo que no existe.

Levanto un muro enorme, cierro rejas, te dejo afuera para siempre,

te digo adiós y me invento un mañana, en que no estas.

 

Fotografia tomada de Google.

¡Un beso!

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Un beso bastaría, para borrar ausencias, para hacer el milagro de saber que estoy vivo, que no me invento excusas, que no esquivo al amor. Solo uno, no necesito mas, no importa lo que dure, solo cuenta que suceda, que estalle entre los labios. No importa quien lo inicie, ni como se termine.

Un beso, puede ser una necesidad, una urgencia; un beso o me muero, me marchito. Gritar en medio de la noche; un beso, mi reino por un beso. Mientras exista un beso, mientras lo espere, el mundo no termina.

Un beso, solo uno, después volvería a la diaria rutina de evitarme amantes, de decir que estar solo también tiene sus encantos. Solo un beso podría salvar la noche, con un enorme arco iris, entre estrellas y sueños. Un beso, tal y como lo sueño y girasoles siguiendo la luna por el cielo.

Un beso con sinsontes y mariposas, no quiero cualquier beso. Necesito un beso en Abril o mejor aún, en Mayo. Un beso en primavera, con florecer de almas y palmeras, con olas salpicando,

Estrenando pasiones y te quieros. Un beso con sabor a no te olvido, con perfume de estas aquí y me toco en el pecho y se me desboca el corazón imaginándolo, casi sintiéndolo.

Es casi medianoche y esta urgencia de un beso, no se apaga, no es mi culpa, fue una foto quien me  recordó que los besos existen. De beso en beso, de recuerdo en recuerdo, se desbordo esta urgencia por un beso esta noche.

 

 

Queridos Reyes Magos…

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Tal vez ya no tengo edad para escribir cartas a los Reyes Magos, de todos modos la escribiré. Llevo años deseando volver a sentarme, escribir mi carta y esperar ansioso por el 6 de enero. Creo que nunca es tarde para dar rienda suelta al niño que llevamos dentro. Se acerca la Navidad y aunque acá, al norte, todos piden a Santa Claus, yo prefiero pedirle a los Reyes Magos, a los nuestros. Santa, tan gordito, acostumbrado a viajar en trineo, se perdería por esas calles de La Habana. Tal vez hasta le diera miedo entrar a un solar, no sabría el regalo exacto que mi gente allá necesita, ni siquiera el que mi gente del lado de acá necesita. Cuando Jesús nació, Santa, no andaba por esos lugares, creo que ni se entero, cuando el 6 de enero, ellos llegaron a ofrecerle regalos. Seguro descansaba, con el colesterol por las nubes, dispuesto a dormir otros largos 12 meses. Por eso, como hace años, pido a nuestros queridos Reyes Magos.

Para mi, no pido mucho, publicar mi libro, seguir escribiendo, hacer amigos, trabajar, depende de mí. Me vendría bien una ayudita, pero no quiero agobiarlos pidiendo mucho; hay otras urgencias que pedirles y sé que mis recuerdos me apuntalan

Para mis amigos, más tiempo juntos, acercarnos aún más. Que sus sueños se realicen, al menos los mas importantes, pero no todos; tener sueños por realizar, los mantendrá vivos y jóvenes por siempre.

Pido, con toda la fe del mundo, alegrías y sonrisas para el nuevo año. Que el próximo año, sea abundante en estruendosas carcajadas y escaso en lagrimas. Que mis amigos pasen el año sonriendo y mis enemigos, si los tengo, que sonrían también, tal vez ellos son los que mas necesiten sonreír.

Para los seres humanos en general, pido cordura y esperanzas, justicia. Que los hombres aprendan a amarse, antes que una voz tronante se los recuerde. Que la humanidad cree y no destruya, que el bien venza al mal y que triunfando, asegure el futuro y la vida.

Para los niños, donde quiera que estén, no pido juguetes, de un modo u otro los tendrán. Pido padres que sepan educarlos, madres ejemplares que los protejan y formen. La familia, es la célula fundamental de la sociedad, sobre los hombros de los padres, descansa el futuro de la humanidad. Tener buenos padres es el mejor regalo que pueden tener los niños y los hombres.

Es hora de que los camellos se acerquen a mi Islita. Allá, también los necesitan y mucho. Que cada hogar cubano, mantenga viva la esperanza y las ganas, que no desmayen. Que no dejemos nunca de ser y siendo, no perdamos la sonrisa, aunque el dolor sea fuerte y la lágrima asome. Que al vaciar sus sacos, una y otra vez sobre nuestra patria, sean generosos con la luz y los sueños. Que un 6 de enero especial, nos espere ahí, al alcance de la mano, desbordado de arco iris, girasoles y puentes, con nubes de sinsontes cantando nuestro himno y mariposas tricolores, volando libres, sin freno, seguras de si y del mañana. Un día de reyes así, seria el mejor regalo. Mi Habana, nuestra Habana, no necesita más.

Estos regalos, no puede traerlos Santa, ocupado en comprar en tiendas caras y ordenando el último modelo de juguete. Santa, vive allá, al polo norte, no entiende de islitas y de pueblos, no nos conoce. Ustedes si, mis queridos reyes magos, ustedes si saben de partos y luces, de estrellas y Mesías, por eso les escribo. No olviden nada, sean generosos, hagan horas voluntarias este año. Dejen sus camellos en lugar seguro y recorran mi Isla a pie, entren a cada casa, siéntense a cada mesa, conózcannos aún mejor. Darán regalos y recibirán también; el cubano, es generoso. Probaran, cientos, miles de veces, café recién colado que aunque mezclado, se los brindaran de corazón. Compartirán almuerzos y comidas, donde comen 2, comen 3, aunque sean los Reyes Magos. No tendremos mucho, pero lo compartimos con amor y alegría. Entenderán por qué reímos, cuando debiéramos llorar y por qué remamos, cuando debiéramos arar y luchar. Terminaran enriquecidos, me agradecerán mi carta, andarán felices mi Isla y mi ciudad. Se que aunque no pedí juguetes, repartirán muñequitas de trapo, chivichanas y trompos, nuestros niños jugaran felices. No olviden dejar un girasol gigante en El Cobre y un ramo de flores moradas en El Rincón. Llévenle a mi bandera la palma más alta que encuentren, que ondee libre, feliz en las alturas, reafirmando que muertos y vivos estamos dispuestos a levantar los brazos y luchar por ella.

No se si pido mucho o poco, si los he agobiado con mi lista. Aún me queda mucho por pedir, ustedes lo adivinan. No escatimen este año, abran sus sacos gigantescos y vacíenlos sin pena en un amanecer “con todos y para el bien de todos”.

¡Freddy! o Fredesvinda Garcia Valdés.

freddy, tomada de la pagina de Marvin Jui-Perez

Hasta una canción de Freddy, la enorme Freddy, en el sentido metafórico y exacto de la palabra, me llevo la voz de Elena Burke. La señora sentimiento, desde la gloria, propicio este encuentro. Fue un regalo de navidad adelantado. Escuchando a Elena, descubrí un video con una voz que no parecía terrenal, como si desde otra galaxia alguien cantara para mí.

Me habían hablado de ella antes, un amigo que desde muy joven vivió intensamente la vida nocturna de nuestra ciudad, la recuerda de un modo especial. Una noche conversando sobre mil cosas,  entre ellas, por supuesto, La Habana, la mencionó y la trajo desde sus memorias.

– Nunca has oído a Freddy? Una gorda enorme, con una voz ante la que nadie podía resistirse, cuando la escuches, me darás la razón. No hay adjetivos para describirla.

Sus palabras fueron proféticas, desde hoy en la mañana, estoy atrapado en esa extraordinaria voz de contralto. La escucho y me parece la voz de mi ciudad, desgarradora y única.

Al escucharla por vez primera, lamente no tener un video, o una mala película para poder ver el espectáculo de esa mujer cantando. De ese “hipopótamo en puntas“, como la llamo Cabrera Infante. Su voz hizo el milagro, a la tercera o cuarta vez que la escuchaba, ya la tenia aquí, en mi cuarto; cantando para mi. Balanceándose en medio de la habitación, con un trago en la mano, entregada a la canción, poseyéndola en éxtasis.

Me la imagino conversando conmigo, riéndose, diciéndome; tu siempre luchando por estar en forma, midiendo calorías y grasas y yo; un monumento andante al colesterol y triglicéridos, terminaron matándome, lo sabes. ¿Como puedes admirarme, dejarte seducir por mí? Es tu voz Freddy, ¡Tu voz! Una voz que no sale de tu garganta, brota de tus entrañas, atrapa corazones y sentimientos. Créeme, no es una voz humana. Cantar así, no se vale, es hacer trampas, juegas con ventaja, sabiéndote inevitable, recurrente, todo un embrujo.

Freddy, la invito a sentarse, ríe, ¡Unicamente en la cama y no se si me aguantaría! Reímos juntos. Me mira, se sienta en la cama que amenaza romperse y me dice; no me quedare mucho tiempo, eres capaz de ponerme a dieta y hacerme correr en la estera, te conozco.

En mi cuarto mientras miro fotos de La Habana, canta para mí. A capella, como en sus inicios que no permitía acompañamientos de guitarra o piano, de pronto interrumpe su canción; sabes, es mejor si vamos hasta el bar Celeste, en esa Habana que tú y yo amamos tanto. Me toma de la mano, viajamos en el tiempo y el espacio. Llegamos justo unos minutos antes de que alguien apague la victrola o vitrola como decimos y diremos siempre nosotros en buen cubano. Una luz de eternidad envuelve a Freddy, que recrea canciones, sabiéndose estrella, en la noche y el día, de la gloria y nuestra música.  Visitar La Habana de fines de los 50s, es un sueño hecho realidad, aunque no pueda salir del bar y estar solo unos minutos. Pido un trago, para disfrutarla a plenitud, tengo que tener algo de alcohol en las venas, me recuesto a la barra y la contemplo y disfruto mientras su voz, convoca lo mejor de mis recuerdos y el arte.

Termina de cantar, viene hacia mí; vamos, ya es hora. Estoy de nuevo en mi cuarto, escuchando por enésima vez, una voz eterna y terminando un escrito. Concluirlo, publicarlo es más que un homenaje, especie de exorcismo necesario a una gorda genial que junto a las grandes, sigue cantando en la eternidad.

Fotografia tomada de la pagina de Marvin Jui-Perez.

Como hacer un buen cubano.

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Hace días, un amigo publico en su página de Facebook, una receta para hacer una cubana. Su escrito me gusto, me dejo pensando ¿Y como hacer un buen cubano, hombre o mujer, pero cubano 100%? Esta es mi receta personal, mi sugerencia o especial del día.

Un buen cubano, debe hacerse al aire libre; cuando el sol calienta y el viento sopla entre palmeras. Si por alguna razón, no dispone de un buen patio, o no tiene tiempo para ir hasta el campo, al menos asegúrese de abrir puertas y ventanas, que sea de día; un día de verano o primavera. El sol debe calentar la piel y los sentidos, así se obtiene un mejor producto. Un buen cubano, sin sol, nunca alcanza el punto justo, se corta, como la mayonesa.

Asegúrese que no se cuele ninguna consigna, el cubano podría tener cara de disgusto o aburrido. Si se le cuela alguna, sáquela antes de revolver la mezcla, el producto se lo agradecerá y usted también.

Meta toda la sabiduría y experiencia del mundo, al menos inténtelo. Un buen cubano, se las sabe todas y sino; las inventa. Tenga a mano enciclopedias, clásicos de la literatura, una Biblia, libros de recetas de cocina, filosofía, arte y política. No los agregue, solo manténgalos cerca de la mezcla, con eso bastara, para darle el punto exacto.

Agréguele polvo de adivinos y profetas. Todos los cubanos, podemos predecir el futuro; si nos equivocamos, no es por culpa nuestra; un comemierda cambio todo y nos jodio la predicción.

A la hora de agregar música y ritmo, no escatime, ni use medidas. Sones y boleros, algo de Lagos y Giselles, rumbas y congas, operetas y zarzuelas. Un buen cubano, es capaz de aplaudir a rabiar un Lago de los cisnes y salir después a arrollar con Los guaracheros de Regla, por todo Malecón. Tenga a mano pianos, guitarras y tumbadoras, bien tocados ayudaran a mejorar la mezcla y el producto será de primera calidad.

Para hacer un buen cubano agregue un buen machete, una navaja, un diente de oro. Algo, por qué no, de pluma y lentejuelas, ¡Hay muy buenos cubanos que las usan! Y con mucho orgullo. Un cubano tiene de todo; guapearía, es echao palante, pero también es sensible, capaz de llorar de emoción, aunque como a mi amigo travesti; se le corra el maquillaje.

En cuanto a religiones se refiere; mézclelas todas. Un buen cubano, tiene una Fe enorme y se las arregla para practicarlas todas o casi todas.

No olvide un poco de todas las razas conocidas. Una pizca de cada una, da un sabor peculiar, característico, no omita ninguna. No mida las cantidades de la raza española y la negra, ambas nos conformaron y crearon. Nos hicieron bailar en un tablao y disfrutar un guaguancó en pleno solar. No tenga miedo en agregar la raza negra, aparte del ritmo, nos garantiza pulgadas extras y traseros opulentos, no se arrepentirá, se lo aseguro.

No olvide olas y tormentas, los cubanos, amamos el mar de modo especial. Hemos aprendido a crecer en tormentas y tempestades; a desafiarlas.

Recuerde que para hacer un buen cubano, no se usan medidas. Pizcas, un tim, un burujón, un montón, una pila, son las medidas correctas. No tenga miedo, sea esplendido con las alegrías y solo agregue pizcas, tims de penas. Garantice la sonrisa, que las lagrimas, vienen solas y en los últimos años, ya hemos tenido bastante. No se sorprenda si el cubano obtenido, pasa de la risa al llanto fácilmente, si se seca una lágrima, sonríe y sigue adelante; así somos.

Para dar el punto exacto a su mezcla y obtener un producto de primerísima calidad, agregue polvo de estrellas y un puñao de tierra colorá, arco iris y sueños. En un buen cubano, cabe toda la esperanza del mundo, ¡Todos los sueños!

No se preocupe en poner amor por su tierra, por Cuba, los cubanos, nacemos amándola. El amor por nuestra tierra, es producto de la mezcla, de cocinarnos a fuego lento al sol de la esperanza y de los sueños, del mañana por venir. Nacemos amando una bandera azul, roja y blanca y morimos felices si es por ella. Para nosotros, Cuba, será siempre, la tierra más hermosa que ojos humanos han visto.

No se si la receta será exacta, siempre queda algo, tenemos de todo y de todos. Mezcla rara y única, delicioso ajiaco. Cada vez que prepare su mezcla, tendrá un nuevo producto, diferente, irrepetible. Cada cubano es una pieza original, si ve a otro igual; empújelo, que es de cartón.

Amor y costumbre.

fotografia tomada de GGogle

Quiero enamorarme; una pasión que me trastorne el alma y los sentidos, que me renueve y estremezca. Caminar entre las nubes, incontenible y vivo, mientras el amor hace de las suyas y me transforma.
No quiero acostumbrarme a ver un mismo rostro cada día, sin reflejarme en el brillo de sus ojos. A decir, solo con los labios, te quieros. A apurar un beso sin deseos. A abrazar sin ganas y sin fuerzas, casi por oficio.
Quiero hacer el amor con desenfreno, sin horario.
Quiero estrenarme de orgasmos y te quieros. Un amor que me confunda los horarios, que me desborde los sueños y los anhelos.
Tener, para siempre, a alguien atado al centro del deseo y la lujuria.
No quiero decir; me duele la cabeza. Volverme al otro lado, mientras digo; hoy tuve un día duro en el trabajo.

Quiero levantar, sobre mis hombros y los suyos, un hogar, donde el amor y el deseo, siempre habiten; plenos y felices, buscandose como locos má allá de la razon y el beneficio.
No quiero una casa enorme, fría, donde me pierda buscando unos brazos que me estrechen o un cuerpo que me encienda.
Tener a alguien al lado, por costumbre, es un suicidio lento del amor, una mentira.
Es como decidir morirse en vida, ser una momia de amores trasnochados. Una parálisis del amor y los sentidos, un coma absurdo, un ya no soy.

Quiero un amor que me de alas, que me lleve, volando al infinito, que vuele junto a mi y si me canso, me preste sus alas por un rato.
Un remolino de besos y de abrazos, entre suspiros y bocas sin aliento.
No quiero un peso, duro y frío, manteniéndome en tierra todo el tiempo.

No quiero reglas, por qués y conveniencias, que no se ajustan, cuando de amor se trata.
Porque al final, si de costumbre hablo, me acostumbro a mi mismo y me tolero. Me miro solitario y libre en el espejo, mientras te espero amor, a las sombras de la dicha y el deseo.

Fotografia tomadas de Google.