Nosotros, recuerdos, sueños y tolerancia.

Los recuerdos, esos fantasmas que habitan en rincones ocultos y basta un hecho, una palabra, para que estallen y entonces esos momentos que creíamos olvidados definitivamente, se vuelven torbellino, tormenta.

Tengo la suerte que un grupo de amigos del preuniversitario hicieran un grupo y decidieran invitarme a ser parte de él. Les confieso que a algunos no los recuerdo y eso que presumo de una memoria fotográfica, pero todos, al final, me recuerdan esa deliciosa etapa de nuestras vidas en que el futuro es, prácticamente, ¡toda la vida!

Este grupo, heterogéneo, borra diferencias y años y volvemos a ser adolescentes cargados de sueños y ganas. El chat de WhatsApp se mantiene activo todo el día, intercambiamos chistes, experiencias, nos damos los buenos días y las buenas noches; es una especie de gimnasia espiritual; mientras estamos en el chat somos unos muchachitos haciendo travesuras y burlándose de años y penas.

Recientemente, se incorporaron al grupo 3 muchachas, siempre seremos muchachos, muy cercanas a mi en esa etapa del pre, les confieso que su entrada al grupo no fue una tormenta, fue un huracán categoría 5 de recuerdos; imagínense que hasta recordé a mi maestra de 3er grado, Olvido Parra Muñoz, un angel donde quiera que esté. Recordé caminatas desde la colina universitaria hasta el municipio Playa, grupo de estudios, risas, buenos ratos, idas al cine, almuerzos, un montón de recuerdos que estaban ahí, ocultos, esperando encuentros que los despertaran.

Les confieso que no soy de los más activos en el chat, entre el gym, mi trabajo, escribir y alguna que otra travesura, no tengo mucho tiempo para dedicarle, pero siempre los saludo, leo lo que han escrito, doy opiniones y comparto mis escritos; ellos, amigos fieles, siempre me elogian y sonrojan. ¿Saben lo que es más importante para mi de este grupo? Aparte de revivir recuerdos y hacernos eternamente jóvenes, este chat es una prueba de la tolerancia, del respeto a opiniones ajenas, de compartir como un todo, aunque todos no pensemos igual. Los miembros de este grupo son cubanos dispersos por el mundo , Miami, Barcelona, San José, Madrid y la Habana, entre otras ciudades, comparten tiempo y espacio en este grupo donde nunca se habla de política, yo solo comparto mis escritos que no tocan mis puntos de vista en política, nadie presume de nivel de vida; somos un puñado de manos extendidas, para apretarse fuerte y andar juntos borrando diferencias, lejanias y ausencias.

Dicen que recordar es volver a vivir y nosotros, en ese grupo, revivimos los mejor de nosotros, compartimos sonrisas, pasado, sueños y planes.

Como dice un personaje de uno de mis cuentos: eso somos, recuerdos, solo lo que podemos recordar es lo que hemos vivido. Nosotros agigantamos recuerdos en este andar por el mundo de la mano de amigos y de historias, sumamos sueños y ganas, seguros del andar y del futuro.

La fotografía es la que identifica al grupo, el preuniversitario de Marianao.

Una Rosa en la intimidad.

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No se embullen con el título que no voy a develar secretos íntimos sobre Rosita. Solo quise jugar con la invitación que recibí el viernes en la noche para asistir a una cena íntima con Rosita Formes. Solo asistirían las personas vinculadas de un modo u otro a las actividades de Rosita en la ciudad en el mes de febrero, en ocasión de su cumpleaños. Será algo muy íntimo, me dijeron.

Como tantas veces, La hacienda, la casa de Alfredo y Jose, abría sus puertas para recibir amigos e invitados a una noche especial, a su voluntad y esfuerzo, agradecemos esta noche. Siempre le digo a mis amigos que compartir con Rosita, es una suerte de privilegio. Ella nos permite ser parte de la historia, de su historia, que es nuestra, de todos los que la amamos y queremos.

Converse con ella, volvió a agradecerme mi escrito, me conto anécdotas de su vida. A pesar de nuestros múltiples encuentros, siempre le queda algo por decir. Su vida artística de 75 años es todo un tesoro de hechos y esfuerzos, de hitos y glorias. Junto a ella, compartieron la noche, su hija, algunos de los artistas-amigos que la homenajearon en The Place of Miami y los más cercanos amigos y admiradores. Todos con un propósito, regalarle unas horas de felicidad a una Rosa sin final, hacerla feliz. Esa voluntad y acción, multiplica la alegría de los que la quieren y aman.

Más allá de las interminables sesiones de fotos, de sus historias, de mimos y halagos, la magia de la noche estuvo en el amor, en hacer revivir recuerdos e inventarnos escenarios y momentos que la hicieron soñar. Momentos que lograron borrarle años y penas, que la hicieron reír y evocar.

Malena Burke, Annia Linares, Lourdes Libertad, Samuel Calzado y Mimí Pérez Michel, improvisaron una descarga-homenaje a Rosita. Hicieron dúos con ella, le regalaron canciones, hasta la hicieron guarachear en reafirmación absoluta de su burlarse del tiempo, ella le hace guiños y termina seduciéndolo. En sus palabras de agradecimiento Rosita reafirmaba cuanto significa para ella el amor y el aliento de todos los que la queremos; “por ustedes estoy viva”, dijo emocionada, mientras años y dolencias se batian en retirada, sin fuerzas para enfrentarse a tanto amor.

Un momento especial fue cuando su fiel amigo y admirador, Robertico, le regalo un popurrí de algunos de sus éxitos, demostrando que es, sin dudas, su mejor imitador. Créanme que disfrutaba de su actuación y a la vez no me perdía las expresiones de la cara de Rosita, que reía y revivía momentos, que disfrutaba su actuación a plenitud. Little Jose, nuestro imitador de las estrellas, le regaló una de sus imitaciones, que Rosita y todos nosotros disfrutamos y aplaudimos.

La noche terminaba, los amigos y Rosa, se despedían y en el aire quedaban las ganas de celebraciones multiplicadas, de homenajes próximos, del seguro y esperado siglo con Rosita. Imagino dentro de ocho años, una noche similar, con Rosa sonriente y feliz, sonriendo y retando al tiempo, haciéndose eterna en el amor.

Rosita, una noche intima

Fotografias de Alfredo y Jose y Robertico Morales.

Dos voces, desbordando sentimientos.

samuel y eddy
Un concierto en Miami, en Alfaro’s. Dos amigos uniendo esfuerzos y ganas, imponiéndose en una ciudad que, a pesar de ser muy cubana, a veces no tiende la mano a nuestros artistas. Dos hombres dispuestos a ganarse un público a fuerza de acordes, voces y una voluntad enorme de no darse por vencidos, de reinventarse una y otra vez. La ciudad no se resiste y termina tendiéndoles una mano. Alfaro’s repleto de público y amigos los recibe y aplaude.

Se nos presentan, “a su manera” como adelantándonos que romperán reglas y conceptos que todo se irá dando al influjo de la noche y nosotros. A una manera distinta en la que todo puede suceder y sucederá.

Samuel, me complace con una primera parte acústica, sabe que es mi preferida. En esta ocasión, créanme, aplaudí con la misma fuerza todo el concierto. No sé si termine convenciendo a Samuel que su mejor momento es al piano o el logro convencerme que, sin el piano, sigue librando batallas en un escenario y ganándolas.

Para mí, este concierto tiene una significación especial. Me acompaña un amigo que hace dos meses libro una batalla terrible con la muerte y la venció. Mientras escucho a Eddy y a Samuel, lo miro aplaudiendo, y hasta llorando de emoción con las canciones y me siento feliz. Fuimos muchos sujetándolo a la vida. Lo presento a amigos que se sorprenden y saludan. Mi amigo, en su primera juventud, canto en centros nocturnos habaneros y su primera salida nocturna es a un concierto de dos voces cubanas, unidas en un sentimiento. Sé que lo disfruto como un regalo de este regreso a la vida que entre todos logramos.

Eddy y Samuel dedican el concierto a Jacinto González, un amigo de ambos que partió hace unos días. Así es la vida, no todas las batallas se ganan, algunos amigos dicen adiós, siguen viviendo en el recuerdo y el amor, en sus obras.

Dedican un fragmento del concierto a la trova tradicional cubana, Pensamiento, le dice a Fragancia cuanto la amamos, que no la podemos olvidar, que vive en nuestras almas, ella lo sabe. Pensamiento y fragancia se me antojan dos orillas de un mismo pueblo. Invitan a Lourdes Libertad a recrear junto a ellos estas canciones, Roberto Polledo, los acompaña al piano y Longina, seductora y provocativa, seduce a todos con su encanto y belleza.

El homenaje a Frank Domínguez, convierte a Alfaro’s en un rincón de La Habana, que traviesa y coqueta se desata libre y eterna. Hay palmeras al viento y olas salpicándonos, un regalo extra de la noche que se vuelve cubana al influjo de voces y talentos.

¿Lo mejor del concierto? Ese ambiente desenfadado, de amigos compartiendo y dando todo, bromeando y descargando. Esa conjunción de voces que deja con ganas de más y provoca aplausos, lagrimas, risas y suspiros. Esa voluntad de hacer de dos amigos que lograron convertir al público en su cómplice y obligarlo a comentar entre los aplausos finales, ¿Cuándo será el próximo concierto?

Dos voces, un piano y muchos sentimientos compartidos es el saldo final de un concierto que desde ya, debe comenzar a programar su próxima fecha. Los esperamos seguros que sobran ganas, voz, talento y voluntades para seguir uniendo voces y amigos en más de un sentimiento.

Una Rosa vencedora del tiempo.

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En cada viaje a La Habana, siempre reservo un par de horas a visitarla. Mi viaje, estaría incompleto si no pasara a saludarla, a deslumbrarme con su sonrisa y reflejarme en sus ojos que juegan a confundirse con el mar. Desde aquella tarde que a pedido de un amigo común fui a visitarla en el cuarto de un hospital, su casa es un punto obligado en mi recorrido por mi ciudad y mis recuerdos. Cada minuto junto a ella, se convierte en un tesoro en el recuerdo.

Hace días que me dije; vas a ver a Rosita y no tienes un nuevo escrito que leerle, ¿Vas a aparecerte con las manos vacías? ¿Te perderás el privilegio de verla soñar mientras le lees? Me la imagino abriéndome la puerta de su casa y mirando mis manos vacías, sin una sola palabra que regalarle. Esta noche, sin apenas tiempo, me decidí a unir palabras que pudieran arrancarle suspiros y risas, no sé si lo logre, les cuento a mi regreso.

Puedo dejar de visitarla en su estancia en Miami, le sobran los amigos que la visitan, que se sientan junto a ella a escuchar sus historias, a disfrutarla, mi presencia no le es imprescindible o necesaria. Tiene muchos amigos y admiradores en esta orilla, tantos que una noche un grupo de ellos nos reunimos en un teatro de Miami y le regalamos una de las ovaciones más grandes que esta orilla recuerda. Allá en La Habana, el pueblo la ama de un modo especial y cubanísimo, la convierte en símbolo. Rosa, vive alejada del centro de la ciudad, a muchos les es difícil visitarla, el transporte, la lejanía, ponen un límite a sus visitas. Ella es una rara flor que necesita palabras y amigos cercanos, para nutrirse y alentar a su influjo; para existir. Sé que mi visita le es más necesaria en esa otra orilla y me doy el gusto de disfrutarla en familia, con mi madre al lado. De aportar mi granito de arena en mantener a Rosa eterna y vital, vencedora del tiempo y designios.

Recuerdo la frase de una amiga refiriéndose a Rosita; “lo que más admiro de ella, es que es una sobreviviente”, es cierto. Rosita, ha sobrevivido al tiempo y a problemas, los ha vencido. Supo reinventarse más de una vez y sin dejar de ser, ser más luz y más flor.
Sí, no tengo dudas, Rosita es una sobreviviente, no solo por su larga vida, por su fuerza para luchar, estar y continuar. Es una sobreviviente porque ha logrado ganarse el corazón de un pueblo y habitar en él, por más de 3 generaciones; esa es la acción suprema de sobrevivencia. Cuando un artista lo logra, vive para siempre, en esa memoria colectiva que la hace suya, borrando finales y retiros. Para muchos Rosita, sin proponérselo es la Giraldilla de varias generaciones de cubanos; su sonrisa apunta siempre al futuro, a sueños por realizar. Es una mezcla rara de mito y flor, sueños y hechos, pasado y futuro. Decidida a continuar eterna y vital en el corazón de su pueblo, vive y renace en cada aplauso, en cada halago o piropo, a su influjo adquiere matices de eternidades.

Faltan 9 años para celebrar el siglo de Rosita, de una Rosa vencedora del tiempo y dificultades, sin final. Una Rosa que se ha hecho eterna en el amor de un pueblo que la hizo suya y la mantiene vital y sonriente, dispuesta desafiar el tiempo con una sonrisa o un destello de sus ojos. Se imaginan mi escrito; ¡Un siglo con Rosita! Esa fiesta, en La Habana o Miami, no me la perderé por nada; ¡Lo prometo!

Un cake especial, ¡cubanisimo!

Un cake especial!
Mi pasado cumpleaños, recibí muchos regalos. Aún están en sus bolsas, esperando ser acomodados en el closet, tengo que buscarles espacio. Mis amigos se propusieron regalarme un día especial y lo lograron, créanme. Entre todos los regalos recibidos, hubo uno inesperado, especial, uno que ni a mí, en un instante de cubanìa y añoranzas, se me hubiera ocurrido. Recibirlo fue como si La Habana, con una bata cubana multicolor y trayendo a mi madre del brazo, se hicieran presente esa noche, haciéndola cubana, borrando distancias y tiempos. A su influjo, palmeras, olas rompiendo contra el muro de todos, colibríes y girasoles inundaron el apartamento. Estoy seguro que la idea de ese regalo se cocinó al influjo de la amistad y el amor a Cuba.

Cuando llegamos de la cena-almuerzo, no me dejaban ver el cake.
-Hasta más tarde, cuando lleguen todos, decían mis amigos.
Intente destapar la caja, pero siempre me sorprendían y me mandaban a sentar en la sala. Tenía curiosidad por ver ese cake tan especial, que escondían y protegían de miradas. Por más que imaginé su apariencia, el por qué lo guardaban hasta el último instante, no lo logre. Por fin decidieron cortar el cake de cumpleaños y brindar por la amistad, el amor y más.

Un amigo fue a buscarlo, de pronto lo tuve frente a mí. Fue como una explosión de recuerdos y afectos. Barrios y calles habaneras, acompañados de personajes habaneros, me abrazaban y felicitaban. Les juro que hasta un beso de la Giraldilla sentí en la mejilla, mami colgada de mi brazo reía, mientras apoyaba su cabeza en mi pecho. Recordé a mi musa transoceánica que una tarde de noviembre me hizo retomar el oficio de escribir, sin ella Habanero2000, no hubiera nacido.

Si amigos, un cake puede ser la suma de recuerdos y sueños, puede resumir el amor por Cuba y el amor de amigos, su desvelo y apoyo de siempre. Recuerdo que alguien al felicitarme me dijo; lástima que no pasaras el día con tus seres queridos. Mis amigos, los que comparten el día a día conmigo, son también mis seres queridos y mucho. Ellos hicieron magia y sin invocar conjuros y cintas rojas, me trajeron a mi madre, mi ciudad y mi Isla, me regalaron un día perfecto, donde no falto nada. Un día desbordado de afectos y risas, cubano y miamense en conjunción de sueños y suspiros.

Cuando soplé la vela, mi deseo en silencio fue breve; Caridad del Cobre, una a tus hijos dispersos por el mundo en esa “patria con todos y para el bien de todos”.

Una nueva amiga.

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Últimamente he conocido muchas personas, tanto en el mundo virtual, como en el real. A veces se me mezclan estos dos mundos y creo conocer a personas que solo he tratado por medio de la Internet. Otras las personas se escapan del mundo virtual y se me aparecen en el real, me miran y me dicen; Habanero, ¡Que ganas tenia de conocerte! Me abrazan y tal parece que nos conocemos de hace tiempo, casi amigos de la infancia. Tengo algunos amigos y amigas pendientes de conocernos, de darnos ese abrazo postergado y necesario. El domingo pasado tuve el gustazo de conocer a una de esas amigas virtuales, les cuento el encuentro.

Asistí con uno de mis mejores amigos a Alfaro’s, uno de los lugares que poco a poco se ha convertido en imprescindible en la geografía cultural y musical de Miami. Un sitio donde se presentan cantantes, declamadores, músicos, humoristas, donde el arte fluye sin muchas pretensiones, del artista al público, en un ambiente sencillo y agradable, casi familiar. Mi amigo y yo, nos pusimos de acuerdo para asistir juntos al concierto de María Antonieta, que prometía acompañamiento musical en vivo y sorpresas y no defraudo a amigos, ni admiradores.

Nos sentamos en una mesa cercana al escenario, casi, casi íbamos a tener a María Antonieta sentada en las piernas cantando para nosotros. Eso me gusto, podría hacerle buenas fotos y hasta, ¿por que no? Robarle un poco de cámara, je, je, je. Siempre digo que estos conciertos de artistas cubanos en Miami, sea en teatros, o en lugares como The Place, Hoy como ayer o Alfaro’s terminan haciéndome confundir lugares y ciudades. Escucho a nuestros artistas y no se si estoy en la Habana o en Miami. Confundo calles, lugares y nombres; el arte es como una maquina del tiempo y de la geografía y se las arregla para movernos en el tiempo y el espacio, juega con nosotros.

La lluvia, persistente e inoportuna, retraso a artistas y publico. Mientras esperábamos el inicio del concierto, una señora, cubana de pura cepa, se me acerco, ¿Tú eres habanero dos mil? Mientras le decía que si, me abrazaba y me decía que le gustaban mis escritos, tiene buen gusto la señora, me dije, je, je, je. Comenzó a hablar, a contarme de su vida, se me olvido el lugar y el tiempo. Creí estar en la cola de Coppelia o esperando una guagua en plena hora pico, les juro que hasta escuche a alguien decir, ¡Ahí viene! Así es La Habana que nos envía artistas y personajes para hacerse presente, para recordarnos que no importan años de exilios, ni distancias, Cuba esta allá y aquí, en nuestros hermanos y en nosotros, dispuesta a estallar en una canción o en una frase y sentir de suprema cubania.

Mi nueva amiga, me sedujo, no porque hablara bonito o luciera vestidos caros, me sedujo por su sencillez, por abrirme su corazón como si fuera un balcón de La Habana y mostrarme todas sus sabanas blancas, limpias y relucientes a fuerza de amor, sinceridad y sencillez. Ella es de esa gente que parece gritar a cada instante, “no todo esta perdido, yo, vengo a ofrecer mi corazón”, se da en cada gesto, en cada palabra, sencillísima y natural, cubanísima y exiliada sin pretensiones, ni poses. Mezcla única de promotora cultural y cubana de barrio, de esas que aprendieron que imposible, es una palabra en desuso, cuando el amor y las ganas mandan.

Termino el concierto, aplaudimos de pie a María Antonieta que impresionó a admiradores y deslumbró a algunos que no la conocían y agradecía flores, aplausos y asistencia. Después de las fotos habituales con amigos y con la artista, le dije a mi amigo, quiero una foto con la señora que me saludo, la buscamos. Ven que quiero una foto contigo, le dije, nos abrazamos. Han pasado dos días y aún recuerdo las palabras y el abrazo de mi nueva amiga, una mujer de barrio, con un corazón enorme en el pecho. Alguien que no presume de nada, solo de ser cubana.

Una maleta cargada de recuerdos.

Maleta,  Fuentes Ferrin, pintor cubano radicado en Houston.
Rodolfo salio de Cuba cuando tenía 22 años. Sus padres siempre habían querido irse, pero el soñaba con ser un gran periodista, hacer algo diferente a lo que siempre leía en el periódico oficial. Sus sueños, fueron destrozados aquella tarde que lo expulsaron de la Universidad. Solo le dijeron, tu conducta social, no es compatible con la de un periodista de nuestro pueblo. Intento hablar, argumentar, un puedes irte, puso fin a la conversación. Esa noche después de la comida, les dijo a sus padres
– Llamen a la abuela, díganle que puede empezar los trámites cuando quiera, mi vida aquí se termino.
Sus padres intercambiaron miradas cómplices.
– Siéntate mi hijo, le dijo la madre, hace un año mi mamá nos reclamó a los 3, en unos meses debe resolverse todo. Siempre confiábamos que a última hora te decidieras, aunque te negabas a irte, teníamos la esperanza que llegado el momento, lo aceptaras y te fueras con nosotros. Sin ti no íbamos a irnos, pero te daríamos un buen susto para obligarte a decidirte. Ahora ya lo sabes, no hay que decirle nada a la abuela, solo esperar unos meses e irnos.
– Me alegro, cuanto antes mejor, mi tiempo aquí se acabo, quiero empezar un nuevo tiempo. Solo una pregunta, ¿El abuelo se va con nosotros?
– No hijo no, respondió su padre, el viejo dice que él se muere aquí, que a sus años se moriría de tristeza viviendo al norte; el viejo, se queda.

En 6 meses recibieron la visa y viajaron a Miami. Dejar a su abuelo fue duro para Rodolfo, ese viejo y él, eran más que abuelo y nieto, eran amigos, en el momento del abrazo final, su abuelo le dijo.
– Este no es nuestro ultimo abrazo, volverás Rodolfo, lo se, hay demasiados recuerdos en esta casa y en esta tierra para que puedas vivir sin ellos, volverás a buscarlos. Yo, estaré esperándote, lo prometo.
Se abrazaron como dos amigos que se dicen hasta pronto. Cuando Rodolfo subió al auto, no tuvo fuerzas para mirar hacia atrás, su abuelo quedo en la reja del jardín, intentando detener el tiempo en sus ojos.

Rodolfo, empezó a trabajar al mes de estar en Miami. Un amigo que trabajaba en el aeropuerto le consiguió el trabajo. Así esta Miami, sin un amigo que te de un buen empujón, no consigues un trabajo que pague mas del mínimo. Unos meses después se presento a pruebas de ingreso para el College. Lo aceptaron, debería tomar unos cursos para completar algunos créditos que le faltaban y mejorar el inglés. Por suerte, logro sacar sus notas de Cuba y eso le dio algunos créditos extras.

Un día, conversando con un nuevo amigo, le dijo que siempre le había gustado escribir, que su sueño era ser periodista y hacer un periodismo inteligente, hacer crónicas que conmovieran e hicieran pensar.
– ¿Por que no escribes en un blog? Eso te ayudara y te dará experiencia, quien sabe un día te lea alguien y te inviten a escribir en un periódico o publiques un libro, le dijo su amigo.

Después de mucho pensarlo, Rodolfo se decidió a escribir en un blog, Recuerdos, lo llamó. Escribía mucho sobre el tiempo compartido con su abuelo, también sobre sus recuerdos y frustraciones. Cada vez que le llegaba alguna noticia de Cuba, la investigaba y terminaba narrándola y analizándola a su manera. Un día recibió un correo electrónico, lo invitaban a escribir en una columna semanal en un periódico de la ciudad. Imprimió el correo y se los enseño a sus padres después de la comida.
– Ves mi hijo, le dijo su madre, poco a poco tus sueños se hacen realidad. En la vida hay que luchar por lo que uno quiere y prepararse con las mejores armas para esa lucha, nada se da fácil, si vale la pena.
– Es cierto mamá, pero cuanto me gustaría que abuelo estuviera aquí para compartir con él esta alegría.
– Nada te impide compartir con tu abuelo esta alegría, prepara el viaje a Cuba y llévale el primer escrito que publiques en el periódico. Nada lo haría más feliz que verte y ver algo escrito por ti en un periódico. Imprime todos los escritos de blog y llévaselos, es el mejor regalo que podrías hacerle.

Rodolfo, comenzó a preparar su viaje a Cuba. Lleno un “gusano” enorme con regalos para su abuelo y amigos. Publico un articulo en el periódico que fue muy bien recibido aunque el editor le dijo; demasiado intelectual para esta ciudad.

Una tarde al llegar del trabajo, su mamá le pregunto.
– Hijo, ya tienes el “gusano” ¿Cuándo vas a sacar el pasaje y pedir las vacaciones en el trabajo?
– Me falta una maleta mami, ¡una maleta que estoy buscando y no encuentro por ninguna parte!
– ¡Otra maleta! Vas a tener que pagar un dineral por exceso de equipaje hijo.
– No, esta maleta es para traer, no para llevar, dijo Rodolfo, mientras sus ojos brillaban.
– ¿Traer? ¿Que piensas traer de Cuba? Ten cuidado que te pueden detener en la aduana al regreso, quitarte todo y multarte.
– Recuerdos, estoy buscando una maleta donde puedan guardarse recuerdos, la he buscado por toda la ciudad y no la encuentro.
Su mamá salio del cuarto sin decir una palabra, pensó que su hijo estaba bromeando con ella y no quiso entrar en detalles.

Buscando la maleta, Rodolfo fue al Dollarazo, a Valsam, recorrió todas las tiendas donde venden los “gusanos” para los viajes a Cuba. Todo el mundo se reía y lo tomaban por loco o bromista, cuando preguntaba por una maleta para guardar recuerdos. Una tarde al salir de una de las tiendas de la 20 y la 20, un anciano se le acercó.
– Yo tuve una maleta como la que buscas, te oí preguntarle a la dependienta. La vendí hace años a un mago de un circo que paso por Hialeah, si lo encuentras y logras conmoverlo con tu historia, te la dará por un buen precio.
-¿Cómo encontrarlo? ¿Dónde lo busco?
– No tendrás que buscarlo, él vendrá a ti cuando menos lo esperes ten todo listo, el tiempo es oro.

Rodolfo, vivió días de espera angustiosa, cada vez que algún extraño se le acercaba, el corazón daba un salto en su pecho. Una mañana, al salir del gimnasio, un señor vestido de negro se le acerco, le dio la mano.
– Hola Rodolfo, yo tengo la maleta que buscas, ¿Para que la quieres?
– Cuando salí de Cuba, deje a mi abuelo allá, él es mi mejor amigo, entre él y yo no hay secretos. Hay muchas cosas que recuerdo del tiempo que compartimos, otras se me confunden, también hay montones de recuerdos de mi vida que dejé allá y que necesito para seguir viviendo, para poder seguir siendo quien soy y no perderme por los caminos del mundo, por eso he buscado desesperadamente, ¡Necesito traerme esos recuerdos!
– Dame una semana, le respondió el mago, necesito buscar donde guardar mis recuerdos antes de darte la maleta, cada uno requiere un sitio especial, solo una semana.
Repitió el mago mientras se alejaba, Rodolfo le grito.
– ¿Donde nos veremos?
– En la vida, yo sabré encontrarte.
Desapareció ante él, sin dejar huella, como en un acto de magia.

Al día siguiente, Rodolfo pidió sus vacaciones para dentro de 8 días. Fue a la agencia de viajes y saco su pasaje para dentro de 8 días. Confiaba en la palabra del mago, estaba seguro que no le fallaría.

A la semana exacta, ni un minuto antes ni un minuto después, el mago se apareció frente a Rodolfo, con una maleta en la mano.
– Aquí la tienes, cuídala.
– ¿Cuanto le debo?
– Nada, los recuerdos, no tienen precio.
Desapareció ante él, dejándolo sorprendido y feliz en medio de la calle.

Esa noche, Rodolfo, no durmió, el nerviosismo del viaje, la alegría de volver a ver a su abuelo, apenas lo dejaban conciliar el sueño. Se despertó varias veces sobresaltado, buscando la maleta, termino poniéndola en la cama junto a él, solo así pudo dormir un par de horas.

Recogió el “gusano” y su maleta especial y salio feliz de la aduana habanera, su abuelo estaba esperándolo. Se abrazaron durante minutos, su abuelo le acariciaba el pelo y lo besaba mientras le decía.
– Te lo dije, sabia que volverías pronto, aún nos faltan muchos abrazos por darnos y recuerdos por compartir. Esta es tu tierra, sin los recuerdos, sin tu vida aquí no podrías construir tu vida allá, seria como una casa sin cimientos.

Rodolfo llego a la casa, sus amigos lo esperaban en el portal, su abuelo había dejado la casa abierta para ellos, muchos hasta tenían la llave; Rodolfo y su abuelo, compartían amigos y recuerdos. Abrió el enorme “gusano” con los regalos para sus amigos y su abuelo. Dejo para el final el periódico con su artículo y los escritos de su blog impresos. Cuando el abuelo trajo el café y lo sirvió, le dio el periódico, el viejo lloraba leyéndolo y acariciaba el nombre de su nieto en el periódico.
– Lo sabia, tu triunfo, que logres tus sueños, es lo único que me consuela de tu ausencia, te prefiero allá haciendo realidad todos tus anhelos y ganas que aquí frustrado y sin futuro.
– También tengo un blog abuelo, dijo Rodolfo dándole todos sus escritos impresos.
– Estos los leeré después con más calma, dijo el viejo, mientras los apretaba contra su pecho.

Un amigo levanto la maleta regalo del mago.
– ¿Y esta maleta? , parece que esta vacía.
– Es una maleta especial, denme un minuto para llevarla al cuarto y abrirla.

Rodolfo fue al cuarto, coloco la maleta en la mesita de noche, la abrió. Poco a poco, convocados por algún conjuro especial fue llenándose de recuerdos. Su primera caída, su primera partidura de cabeza, su mamá cuidándolo cuando tenia fiebre alta, su abuelo, sentándolo en sus piernas y haciéndole cuentos de magos y fantasmas, el primer libro que le regalo su abuelo, su primer beso de amor, su primer orgasmo, su primera alegría y su primera tristeza, todos su recuerdos fueron llegando y acomodándose en la maleta, los buenos y los malos, ambos son necesarios para vivir. Rodolfo estaba paralizado, no pensó que podría reunir todos sus recuerdos tan rápido, algunos, los creía perdidos para siempre. Lagrimas y alegrías, sonrisas y penas olvidadas, escuelas al campo, almuerzos especiales con la familia reunida, caminatas por las calles de La Habana, besos robados, hasta una bandera tricolor ondeando al viento, se coló en la maleta. Nada faltaba a la cita obligada de sus recuerdos. Lo sorprendió su abuelo tocando en la puerta.
– Rodolfito, dijiste un minuto y ya llevas 3 horas en el cuarto, sal a compartir con tus amigos, el almuerzo ya esta listo.
¡Tres horas! Rodolfo se sorprendió, dejo la maleta abierta y salio.
– Discúlpenme, me entretuve con los recuerdos.

Se sentaron a almorzar, conversaron de mil cosas. Cuando se fueron sus amigos y se quedo a solas con su abuelo, le contó de la maleta y su intención de llevarse sus recuerdos.
– Es difícil llevarse todos los recuerdos, algunos quedaran aquí y tendrás que volver una y otra vez por ellos, otros son compartidos, si te los llevas todos, ¿Qué me haría entonces yo para recordarte, para compensarme de tu ausencia?
– No abuelo, los recuerdos compartidos seguirán siendo nuestros, esa maleta sabe lo que hace, ¿Recuerdas el primer libro que me regalaste y lo que me dijiste al dármelo?
– Claro que lo recuerdo, que un día tú me regalarías un libro escrito por ti, que leyeras mucho y ejercitaras tu memoria, solo así podrías ser un día un escritor.
– Ves, ese recuerdo ya esta en la maleta y sigue también contigo, lo seguiremos compartiendo.

Llego el día de la partida, Rodolfo le dio un fuerte abrazo a su abuelo.
– No me acompañes al aeropuerto, prefiero que nos despidamos aquí, con un hasta luego, volveré pronto, lo sabes.

Se abrazaron, intentando retener uno y llevarse el otro lo mejor de cada uno. Rodolfo tomo su maleta, subió al taxi. Hizo un viaje rápido, en Miami, los esperaban sus padres.
– Cuéntanos ¿Como esta el viejo? ¿Como te sientes?
– Vengo cargado de recuerdos, dijo, sin que sus padres pudieran adivinar el sentido exacto de esa frase.

Llego a su cuarto, coloco la maleta en su mesa de noche, la abrió. Su cuarto se inundo con su infancia, con toda su vida, sintió un ruido, como si una ola gigantesca golpeara contra la pared del cuarto, en la confusión reinante, le pareció ver a su abuelo sentado en la cama y hasta escuchar su voz diciéndole; los recuerdos Rodolfo, eso somos, solo lo que podemos recordar es lo que hemos vivido.

Fotografia tomada de la pagina de Fuentes Ferrin, pintor cubano radicado en Houston.

¿Concierto o reunion de amigos?

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Soy de los que creen que uniendo fuerzas y voluntades, todo es posible. Pertenezco al grupo de los que ayudan a los demás, sin esperar nada material a cambio, ni siquiera agradecimiento; solo el goce interior que da saber que se ha actuado bien. Dar una mano a quien lo necesita nos hace crecer como seres humanos, nos eleva a un plano superior.

El exilio no es, ni puede pretender ser, pretexto para que tiremos cada uno para nuestro lado, buscando solo nuestro interés. Emigrar, no nos puede hacer peores seres humanos, al contrario, enfrentar y vencer juntos dificultades, nos hermana y consolida como cubanos dondequiera que estemos. Hay muchos que no piensan así, que no dan su tiempo, ni tienden su mano si no hay una ganancia material, los mueve el interés personal. Su lado humano quedo del otro lado al cruzar el mar, se negó a exiliarse y quedo allá, entre palmeras y sinsontes, olas y sueños.

Anoche asistí a un concierto especial, diferente, un concierto donde muchos pusieron un granito de arena para ayudar a una amiga. Los comentarios que precedían al concierto lo anunciaban así; seria una noche entre amigos, entre amigos y cómplices. Todos unieron su esfuerzo en dar luz y brillo a una figura de la canción cubana que intenta abrirse camino, a golpe de tesón, fuerza, voz y unas ganas inmensas de hacer, de este lado del mar.

No podré definir exactamente la presentación de María Antonieta en Alfaro’s como un concierto oficial o una reunión de amigos en una sala a compartir arte y afecto. La naturalidad y desenfado de María Antonieta, su gracia criolla, su picardía, su derroche de cubanìa, transformo el local y a nosotros que cedimos a su embrujo, convirtiendo la noche en fiesta y tertulia de amigos, mas allá de guiones y ensayos.

Recién llegar a un país, decidirse a emigrar, volver a empezar cada día, no es fácil, todos lo sabemos. Por suerte María Antonieta ha sabido cultivar amistades y afectos, darse a querer y sus amigos le devuelven ese cariño, le dan la mano necesaria para ayudarla a ocupar el sitio que su arte y talento merecen. Durante el concierto agradeció a los que la han ayudado, desde los músicos que no le cobraron los arreglos musicales, hasta los amigos que la ayudaron a vestir y a lucir aún más bella, los productores y directores, a los presentes por su apoyo, a todos por su aliento.

Reconforta saber que uniéndonos podemos salir adelante, ser mejores y mejorar el entorno. Recuerdo las versiones de María Antonieta, en especial la de “Accidente” de Tony Pinelli, que obligo al público a ovacionarla de pie. Miro las fotos que tome y la recuerdo bella y vital, desbordando el escenario, agrandando y transformando el local a su influjo, convirtiéndolo en sala de casa, teatro, Stadium. También y de un modo especial, recordare a todos los que la apoyaron en este concierto, sin esperar nada material a cambio, solo su afecto y cariño, por el disfrute sincero de hacer el bien, de ayudar a uno de nosotros.

Sin dudas, un concierto diferente, donde sus amigos, junto a ella, la ayudaron a alcanzar la nota mas alta, la que da saberse querida, admirada y apoyada. Continuara luchando por imponerse en el difícil mundo del arte en nuestra ciudad, sin temores ni miedos, como una leona dulce y cariñosa, cabalgando segura en los hombros de amigos y admiradores.

La soñadora de Pino Solo.

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Nos conocimos por medio de un gran amigo. Me habló de una muchacha que iba por las noches a The Place a vender un libro de poesías; su libro, su primer libro. Me la imagine de mesa en mesa, vendiendo poesías a personas pasadas de tragos, gentes que tal vez nunca leyeron un poema. Si hubiera estado en La Habana, seguro hubiera caminado por esas calles habaneras con una cesta inmensa cargada de libros, voceando por las calles; ¡Compre su libro de poesías aquí, acabadito de imprimir! Nada es capaz de detenerla.

Esta muchachita es de la gente que no se da por vencida, sabe lo que quiere y lucha por alcanzarlo, logro vender su libro. No le basto con eso, escribió otro libro de cuentos y lo publico. Ya esta trabajando en su tercer libro, me anticipó que será una novela. Con esas ganas que le pone a todo lo que hace, se que siempre tendrá un nuevo libro para sorprendernos y regalarnos.

No nació en La Habana, es pinareña, aunque jura que no tuvo nada que ver con la famosa concretera que dejaron dentro del cine en construcción. Mi amiga, es de uno de esos pueblitos perdidos en el mapa, que uno solo se entera que existen cuando conoce a alguno de sus habitantes. Ella, es sin dudas, la soñadora de Pino Solo, un pueblito que algún día le agradecerá por sus luchas y sus sueños.

Su sueño, es ser una gran escritora y lucha por hacerlo realidad. Sabe que para lograr algo, hay que luchar con uñas y dientes, para alcanzarlo. La vida no le ha regalado nada, solo unas ganas inmensas de escribir y una fuerza y tesón envidiables. Con esas armas lucha y batalla a batalla, libro a libro, va ganando la guerra por sus sueños.

Hoy, en el lanzamiento de su segundo libro, no fue del todo feliz, faltaban familiares imprescindibles junto a ella. Tal vez por eso le di muchos abrazos y besos, compensándola de otras ausencias, llenando vacíos que aún en una tarde de éxitos, son capaces de impedir la felicidad total.

La muchacha de Pino Solo, sabe inventarse sueños y usarlos para curar tristezas y secar lágrimas. Le gusta reír, ella y yo sabemos que reír aleja penas y renueva almas, hoy reímos juntos. Compartir carcajadas y sonrisas, multiplica la alegría, nos cambia el estado de animo. Siempre lo digo, reír, debería ser obligatorio, al menos una hora al día.

La soñadora de Pino Solo, seguirá andando su camino, nada le hará perder su asombro de niña grande. Seguirá sonriendo a pesar de tristezas escondidas, no dejara nunca de escribir. Sus lectores, sus amigos y Pino Solo, se lo agradecerán siempre.

El libro Relatos de la Mrs Lopez, de Dania Ferro, puede adquirirse en Amazon.

¡Una Rosa sin final!

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Sin extinguirse aún los aplausos y la ovación que recibió en el Miami Dade County Auditorium, en el pasado homenaje a las hermanas Diego, apenas sin tiempo para recuperarse de la emoción, nuestra Rosa, cumple 90 años y lo celebra junto a su pueblo de un lado y otro del mar. Convocados por su arte y amor, volvemos a ser uno, los de siempre, cubanos, no importa donde estemos.

Casi un siglo de una vida dedicada por entero al arte y al amor de su público. Muchos han sido los homenajes recibidos, cada día vivido es un aplauso, un gracias por existir que su público de 3 generaciones de cubanos le entrega, consciente y seguro que cada aplauso le prolonga la risa y la alegría, la consolida como vencedora del tiempo.

Sus eternos y fieles admiradores no nos resignamos a su retiro y la reclamamos, una y otra vez, en escena. Rosita, no se hace de rogar, no puede resistirse a un pedido nuestro. Sonríe, se maquilla un poco, se arregla el pelo, vuelve a vestir de “lentejuelas y terciopelo” y sale a escena, a darlo todo; ¡A vivir!

Muchos de nosotros, tenemos madres que pasan de los 80s, las cuidamos, las tomamos del brazo al andar, queremos cuidarlas todo el tiempo. Nos parecen frágiles, delicadas, tememos una caída, ya hicieron bastante, queremos que descansen. Con Rosita, sucede lo contrario, por mas que lo intentemos, al mirarla la vemos eternamente joven, vital. Tal vez por un instante notemos su edad, pero basta un gesto, un movimiento, una palabra y Rosa, vuelve a ser la de siempre, la que admiramos desde niños. Su luz hace el milagro de borrar años, penas y dolencias. He sido testigo varias veces del milagro del amor en Rosita, lo he descrito. La he visto transformarse, aún en momentos difíciles. Rejuvenecer, brillar con toda su luz, levantarse sobre si misma y transformar el cuarto de un hospital, en uno de los tantos escenarios donde ha triunfado. No se de que extraño material se hacen las estrellas, que misteriosa esencia habita en estos seres de luz; es un misterio. Ella es un misterio, un misterio cercano y nuestro; imprescindible e indescifrable.

¡90 años! Se dice fácil, pero que difícil es intentar contar la vida de esta mujer que ha vivido entregada al arte y a su público, ¡Al amor! Entre aplausos y bravos se hace eterna, nuestra. Se burla del almanaque que se detiene asombrado y derrotado ante ella, se sienta, la aplaude, la viste de luces y eternidades. Sabe que no podría vencerla jamás y se hace su amigo, termina admirándola, siendo su cómplice.

Crecí admirándola, un día mis escritos y un amigo, me llevaron hasta ella. La he visitado muchas veces, guardo como un tesoro su emoción y sus lágrimas al escuchar mis escritos, sus besos de agradecimiento. Rosita, flor de múltiples pétalos, se regala un poco a todos los que se le acercan, desarma enemigos, gana afectos, seduce admiradores. Sabe como encantar, es un don y no una acción, su sencillez, su inocencia de niña sorprendida, su no hacer nunca mal, su sonrisa sincera y transparente, se bastan para derribar muros, calumnias e intrigas. Cuando nos acercamos a ella, quedamos, para siempre, atrapados en las redes de su magia de amor, adictos a su aliento y fuerza.

No amigos, este no será mi ultimo escrito sobre Rosita, es solo uno mas, nacido al influjo de su arte y su embrujo. Anoche, The Place of Miami, volvió a vestir de lujo su escenario con la presencia de La Fornes, amigos, artistas, familiares, nos reunimos a gritarle una vez mas, ¡Bravo Rosita! Felices de ser parte de ese amor que la mantiene vital y hermosa, eterna, entre sonrisas y aplausos, flores y piropos. Nos volveremos a encontrar con ella, a disfrutar de su luz y su hechizo, muchas veces más. Como dijo Carilda Oliver Labra;

“Aunque duran las flores solo un día
esta rosa de verso y armonía
esta Rosa Fornés es inmortal.”