La Habana, ¡Ciudad alucinante!

Hace años, cuando aun no había conjugado en presente, ni pasado el verbo partir, viajando en una de las famosas máquinas de 10 pesos de Playa a CentroHabana, compartí espacio con un grupo de españoles jóvenes entre 20 y 25 años. Miraban asombrados y extasiados la ciudad. Se decían unos a otros, es una ciudad alucinante, pretendían llevarse para siempre en sus ojos el recuerdo de una ciudad que los deslumbraba y seducía. Confieso que no entendía del todo su deslumbramiento. Aunque siempre he amado a mi ciudad, yo, sólo  veía edificios sin pintura, en mal estado y montones de basuras acumulados, tan acostumbrado estaba a mi Habana y a su magia que casi la ignoraba, me perdía en detalles, se.me escapaba su esencia.

La mayoría de nosotros, no teníamos punto de comparación, nunca habíamos viajado, no conocíamos otras ciudades. Un día, mis ansias rotas por emigrar y las alas de mis amigos, me llevaron a Madrid, busque en sus calles el recuerdo de mi ciudad, lloré frente al mapa de Cuba en el Parque del Retiro. Me inundé en lágrimas una noche, cuando al saber que acabábamos de salir de Cuba, un hombre, con su acordeón, nos cantó, “Cuando salí de La Habana”. En la distancia, comprendí la magia de mi ciudad y entendí entonces en toda su magnitud la frase que un día escuché en el taxi, es una ciudad alucinante, ciudad mágica que se baña en el mar y en el amor; La Habana de nuestros sueños.

La Habana, es una señora que aún conserva su belleza y encanto, como escuché decir una vez, es una mulata de esplendorosa belleza, no es blanca, ni negra, resultado de mezclas mejoradas, exhibe con orgullo su belleza criolla acumulada por años. Lava a escondidas sus vestidos viejos, refresca su rostro en el mar, se maquilla un poco y espera. Esperar es el oficio de muchas madres que de una forma u otra esperan por sus hijos. Nuestra Habana espera con la certeza del que lleva años esperando y no pierde la fe, sabe que todo llega.

La Habana, vive multiplicada y engrandecida en la memoria de sus hijos, desatada y libre, bella y perfecta. No le falta nada, solo sus hijos y en ellos viaja por el mundo, los sostiene y alienta, los cuida. Se sabe fuerte para todos y acude puntual en la memoria a la cita diaria con nosotros.

Un día despertará de su largo sueño,se arrancara con desdén consignas y carteles, se sacudirá el pelo al viento y con ese andar seguro de mujer que se sabe hermosa, marchará al encuentro de los siglos y de nosotros. No hará preguntas, se sabe dueña de todas las respuestas. Alguien curioso, le dirá, ¿Es cierto que hubo un tiempo que anduviste sucia, mal vestida, casi viviendo de limosnas? Sonreirá con picardía y dirá, sabes, no me acuerdo. Refrescará sus pies en la espuma de las olas que rompen junto a ella y seguirá indetenible, conquistando sueños guardados. Ciudad alucinante, mi ciudad, nuestra!

7 thoughts on “La Habana, ¡Ciudad alucinante!

  1. Jose’ cualquier lectura,Poemas o lo que desees docuentar sobre..la istoria de cuba, Su Arte,Cutura y olklore…aqui tienes ya los medioa,me gustaria compartir cintigo tanta Belleza y seguir manteniendo en pie ,vigente nuestras Raices…para que queden marcadas p/futuras generaciones..Que dios te siga Bendiciendo..por tu cubania…por el gran cubano que eres y porque aun existen personas como tu…(GAD)…Te envio un gran abrazo y Blessings….”La Cubanisima” Geny

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  2. Bueno este viaje me demore en mis comentarios, lei por alguna parte la ultima estrofa de tu escrito sin saber que era tuyo) y le dije a mi amiga, busca a mi amigo Jose, que el hace bellos escritos sobre La Habana, le dije,,,,,,,, te vestiste de gala, con este escrito…y ella me rectifico que no era de ella,,,,,…y aca estoy reencontrandome con la Habana de Gala, huelga cualquier comentario, esta precioso, y como hizo mi amiga me llevo ese final, escueto y poetico lleno de magia como Nuestra Habana!!!!!

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