Mirtha, hoy como ayer, ¡como siempre!

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Si alguien me pidiera un adjetivo que la definiera, mas allá de versátil, talentosa, diría; luchadora, a mi entender esa palabra la describe, le sirve de tarjeta de presentación en la vida y en el arte. Ella misma se autoproclama ave fénix, admite que puede caerse, pero siempre se levanta, no se rinde, no tira la toalla. Eso es sin dudas Mirtha Medina, una artista que recién cumplió 50 años de vida artística y los celebro en un escenario, proclamando sus ganas de seguir haciendo, de no darse por vencida. Segura que seguirá luchando por siempre, usando solo la toalla para secar el sudor en su lucha, jamás tirándola, jamás diciendo, no puedo.

Saber adaptarse a nuevas condiciones, evolucionar es una ley de sobrevivencia que se cumple en cada esfera de nuestra vida. En el mundo del arte es una urgencia, quien se estanca, perece. Mirtha lo sabe y a sus 50 años de vida artística es capaz de hacer un dúo con Eddy K y meterle a los ritmos modernos con toda la fuerza y empuje de hace 50 ó 40 años, de siempre. Dicen que el número causa furor en las discotecas y alcanza record de ventas en itunes, lo incluye en su concierto. Aplaudo su voluntad de ir con los tiempos, su fuerza por ir a la conquista de un nuevo publico, su no vivir de recuerdos y de revivir glorias. Se las inventa renovadas en cada nuevo intento de seguir siendo, su rearmarse, pedazo a pedazo en cada salida a escena.

Enemiga de la soledad y de darse vencida, lo demuestra en la escena y en la vida. Su publico y sus amigos son muro y cimiento donde apoyarse y elevarse en su seguir y hacer día a día, lo sabe y agradece.

Una a una, nos regala canciones de Las Diego, amigas y compositoras imprescindible en su repertorio. Escuchándolas, extraño el abrazo de María Luisa y sus palabras de aliento y estimulo en cada encuentro nuestro.

Nos regala “Caricias”, una canción que marco un antes y un después en su carrera. Escuchándola viajamos a su influjo a los 80s, a La Habana, aquellos tiempos donde a pesar de escaseces y consignas, supimos inventarnos la alegría.

Comparte la noche con Mirtha, como invitada, Ana María Perera, juntas evocan y comparten éxitos, recorren el tiempo, nos deleitan. Ana María, nos regala una Plegaria a la Caridad del Cobre, que arranca lagrimas y aplausos, que estremece recuerdos y sueños.

Disfruto el concierto entre amigos, de esos tan cercanos, que son como hermanos que la vida nos regalo, que llevan años junto a nosotros. También hay amigos mas recientes, de esos que poco a poco a poco se fueron colando en nuestra vida y siempre nos ofrecen un abrazo necesario y oportuno. Compartiendo con ellos, escuchando a Mirtha, voy tomando algunas notas, hay instantes inatrapables en palabras. Nunca es igual lo que se nos ocurre en el momento que al evocarlo, por mas que revise fotos y videos, que trate de revivir el momento.

La camarera me sorprende con un trago cortesía de la casa, lo disfruto. Brindo a la salud de nuestros artistas, a sus ganas de hacer, a su capacidad de reinventarse.

A Mirtha, no le importa que hablen, no se le pasaran las ganas de hacer, su voluntad de ave fénix, a su entender y voluntad ningún escenario es pequeño, nos grita en su voz y su gesto, “soy quien soy, porque he luchado fuerte y duro en este mundo”.

El concierto termina, me quedo soñando con un reencuentro de Mirtha con su publico de Cuba que no la olvida, con un publico de pie, pidiéndole otra, otra, regalándole flores y emociones. Un concierto así, seria como caricias en el alma para muchos.

La presentacion de Mirtha en Hoy como ayer, bien pudiera llamarse; ¡Hoy como siempre!

2 thoughts on “Mirtha, hoy como ayer, ¡como siempre!

  1. Mil gracias por escribir de quien considero UNa de las mas IMportante artista de cuba, y nada mejor que podria definirla que este escrito. Gracias por asitir conmigo y quererla junto a mi . A nuestro entender pocas como ellas siguen adelante con plena dignidad.

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